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Fernando Fernández El Bàsquet Inca salta al ruedo de Illumbe con la intención de amargar al Bruesa la última cita con su afición antes de la Navidad. Los de es Raiguer buscan la campanada ante un equipo con credenciales ACB, urgencias en la clasificación y necesidad de reivindicarse en una fase compleja del torneo regular. A excepción de la primera, el resto de cualidades las comparten con los mallorquines, que se dieron un relativo respiro a costa del Tenerife y, tras romper una dinámica peligrosa, pese a seguir en el furgón de cola, dan un salto de calidad en cuanto a las rotaciones. La reentrada de Joan Riera aporta aire fresco a la dirección de un Inca que recupera al mejor Terrell y vuelve a apoyarse en la solvencia de algunos de sus puntales (Hamilton, Ramos, Blanch, Galarreta) y en un recambio de lujo como Marciulionis para volver a mirar con optimismo hacia el tramo más delicado del calendario. Espera el Bruesa (20:30 horas), pero tras ellos aterrizará en el Palau (viernes 21) el intratable CAI Zaragoza (10-2).

Con Franco Rocchia como único inquilino de la enfermería, el Inca pretende dar continuidad a su progresión en una de las canchas más complicadas de la LEB Oro. Eso sí, el último en pasar por Illumbe, Los Barrios, acabó con la imbatibilidad como locales de los de Pablo Laso (74-79). Un buen precedente si no se tiene en cuenta que otros como CAI o Breogán capitularon ante uno de los bloques más sólidos. Un vestuario en el que resalta un nombre propio entre una larga nómina de talentos. Andy Panko, mejor jugador de la competición, es una referencia dentro y fuera de la pintura. Un jugador polivalente que no es una pieza más en un engranaje plagado de ilustres como Bernard Hopkins y clásicos del calado de Faverani, Arteaga, Salva Arco, Isaac López o una pareja de bases que marca las diferencias: el incombustible Ricardo Uriz y Perico Sala (ex Palma).

Pese a todo, el frenético ritmo imprimido por CAI, Alicante y Breogán relega a la cuarta plaza a uno de los ataques más temibles de la competición, que se basa en un Panko que lidera los ránkings de anotación y valoración y se erige en el referente sobre el parqué de un Bruesa que, tras su fugaz paso por la ACB, retorna a la categoría de plata se las ve de nuevo con un adversario que le trae recuerdos de su periplo en LEB-2.