El portero del Mallorca, Miquel Àngel Moyà, celebra uno de los goles conseguidos por sus compañeros a lo largo de esta misma temporada. Foto: MONSERRAT

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Miquel Àngel Moyà vuelve al ruedo por Navidad. El portero del Mallorca ya está prácticamente recuperado de la lesión que le ha dejado inactivo durante el último mes y medio (rotura miotendinosa proximal del bíceps derecho) y reaparecerá con la llegada del nuevo año. El de Binissalem ha señalado con un círculo rojo en el calendario el próximo 2 de enero, la fecha escogida para su vuelta. Si no cambia nada, volverá a ponerse los guantes en el partido de Copa ante Osasuna y reabrirá el viejo debate de la titularidad bajo el larguero. Es, sin duda, la mejor noticia que ha recibido Manzano en las últimas semanas.

Moyà está pletórico. Ha recuperado la sonrisa y ha formateado en su disco duro las imágenes de la lesión y los encuentros que ha tenido que ver por la tele. El proceso de rehabilitación ha ido sobre raíles y su reincorporación al grupo, aunque progresiva, está más avanzada que nunca. Para culminarla tendrá que sacrificar esos días de asueto que van a disfrutar sus compañeros, pero valdrá la pena. El próximo día 30, cuando la plantilla vuelva al trabajo para preparar el segundo asalto copero y la visita del Barça (5 o 6 de enero), será otra vez uno más. «Tengo muy buenas sensaciones. Me encuentro bastante bien y he dado un paso adelante. Espero que en los próximos días pueda obtener ya el alta deportiva. Los cálculos están previstos para poco antes del partido ante el Barça. Intensificaré el trabajo, incluso durante estos días de fiesta, y trataré de coger el tono físico y llegar en plenas condiciones a los primeros encuentros del año», aseguraba ayer el arquero en la sala de prensa de Son Bibiloni.

Las ganas de regresar al césped tampoco van ligadas a las prisas. Moyà sabe que apurando los plazos podría regresar este mismo de fin de semana, coincidiendo con la visita al Reyno de Navarra, aunque es consciente de que no vale la pena arriesgar más de lo necesario. «En principio y salvo cambios de última hora, no estaré en Pamplona porque sería como ir al límite. Se ha marcado un plan de trabajo y preferimos continuarlo con la idea de que culmine en los primeros días de 2008. Espero ir haciendo cosas e incorporarme el día 30 con total normalidad. Si es así, confío en poder jugar el día 2. Después, si lo hago o no dependerá del míster. Yo tengo que estar al cien por cien cuanto antes y después, dejarlo todo en manos de Manzano», afirma.

A la hora de mirar hacia atrás, Moyà se queda únicamente con lo positivo, aquello que le ha hecho aún más fuerte: «Ha habido momentos malos, pero los he superado enseguida y eso me ha ayudado a tener una recuperación muy buena. Si hubiese caído en una espiral negativa me hubiese perjudicado, pero lo he llevado de la mejor manera posible. Ahora que estoy en la última fase y casi no me acuerdo de los primeros días», reconoce. En esa misma línea, el cancerbero rojillo señaló que a partir de ahora es más optimista que nunca. «Tengo ilusión y muchas ganas de volver. También hay que tener en cuenta que hace tiempo que no juego y que Germán (Lux) lo está haciendo muy bien, por lo que no será fácil. Volveremos a entrar en la disputa de la portería, pero mi visión es más positiva que otra cosa», apuntaba.