El proyecto encabezado por Guillem Alomar puede tener fecha de caducidad previa al final de la presente temporada. La inexplicable suspensión por parte del Govern del proyecto que tiene como epicentro el centro comercial de Ses Fontanelles encendió las luces de alarma en el Palma Aqua Mágica y los peores pronósticos van camino de cumplirse. En su día, el presidente de la entidad celeste anunció que era muy real la posibilidad de que el patrocinador principal arrojara la toalla ante el revés institucional, y el primer paso ya se ha dado.
Parque Aqua Mágica SL, espónsor de referencia del equipo LEB, anunció su retirada de cara a la presente temporada (la tercera y última de las establecidas tras el aterrizaje del Alcúdia en Ciutat), esgrimiendo como argumento «la suspensión indefinida de su proyecto en la Platja de Palma», según rezaba el comunicado oficial emitido ayer por la entidad.
La delicada situación económica que genera la determinación avalada por el Govern hace que la directiva del club apenas pueda garantizar la continuidad de la escuadra profesional hasta el final de la primera vuelta, para el que restan tres encuentros (CAI Zaragoza, Huelva y Burgos), con lo que desde este preciso instante, la entidad presidida por Guillem Alomar abre un complicado proceso con la finalidad de llevar a buen puerto las gestiones que permitan al equipo poder finalizar «dignamente la presente temporada», señala el comunicado.
Pese a la valiosa victoria ante el Bruesa, el futuro del Palma, a expensas también de conocer la nueva denominación del equipo tras la marcha de Aqua Mágica, está en el aire y son las instituciones las que deben mover ficha para evitar un descalabro deportivo de dimensiones industriales.
Las primeras medidas no han tardado en producirse. José María Balmón ha visto como su contrato no era renovado, ante la incertidumbre que envuelve al club, y este mismo trabaja para rescindir el contrato que le une con Chuck Korgenay, cuyo rendimiento no ha convencido desde su llegada a la capital balear. Estas dos no serían las únicas bajas que podrían producirse, aunque se espera al regreso al trabajo del equipo tras el parón navideño (previsto para el día 30 de diciembre) para poder contar con más argumentos en vistas a encarar unas semanas que van a resultar claves para el futuro del baloncesto a nivel balear. Por el momento, los jugadores del primer equipo están al día en lo que a cobro se refiere.
El estado es tan preocupante que el propio presidente del club, Guillem Alomar, no descarta «la retirada del equipo de la competición. Parece que molestamos. Nadie nos ayuda, seguimos con el problema de la pista y en el Palma Arena todo son problemas... Nos sentimos abandonados, en especial por el Ajuntament de Palma, al que Aqua Mágica ha anticipado cinco millones de euros en tasas para un proyecto que no sale adelante», explicaba el dirigente, quien recuerda que Cort todavía no ha movido ficha para hacer efectivo el compromiso de generar 500 mil euros. Incluso se medita trasladarse al Toni Pizà. El conseller d'Esports, Mateu Cañellas, tendió la mano al Palma y mostró «disposición total para ayudarles, aunque se trata de la decisión de una empresa privada», además de certificar que la Fundació Illesport apoyará durante la próxima temporada tanto al Palma como al Bàsquet Inca.
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