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El Barcelona no arrancó con buen pie su estancia en la Isla. La expedición azulgrana, dicen que por un error, no desfiló por la terminal del aeropuerto de Palma ante la desilusión de los cientos de seguidores blaugranas que se acercaron hasta Son Sant Joan para ver de cerca a sus ídolos. A pesar de que el dispositivo de seguridad estaba preparado, el Barça abandonó el aeródromo por otra puerta, ante la sorpresa mayúscula, y el enfado, de sus aficionados, que se quedaron sin el autógrafo ni la fotografía de rigor.

Algunos de ellos llevaban dos horas esperando y no ocultaron su desesperación por lo ocurrido. Los más afortunados pudieron arrancar algún autógrafo por parte de algunos futbolistas en el hotel de concentración. Henry y Bojan se pararon para cumplir con los seguidores.

Posteriormente el entrenador Frank Rijkaard admitió que el Ono Estadi «es un campo complicado», y rechazó tomar como referencia los últimos resultados conquistado en la capital balear, claramente favorables al FC Barcelona. De hecho, con el técnico holandés en el banquillo el conjunto azulgrana no ha perdido en las últimas cuatro temporadas. «Lo que ha ocurrido antes no nos sirve, ya es pasado. Tenemos que intentar hacer un buen partido y ganar», declaró Rijkaard, quien negó que se encuentre «asustado» por el 4-0 que el Mallorca le endosó al Osasuna en la Copa del Rey el miércoles pasado.