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Miguel Luengo|MELBOURNE
Un año más todas las ilusiones y esperanzas de los jugadores comienzan en el Abierto de Australia, que a partir de hoy se inicia en Melbourne Park, donde el suizo Roger Federer y Rafael Nadal se aprestan a un nuevo duelo con objetivos diferentes.

El primer grande de la temporada siempre ha sido propicio para las sorpresas. No en cuanto al actual campeón, Federer en los últimos tres años, sino para los que aprovechando los primeros compases de la temporada han arribado a la final y han intentado arrebatar la corona al suizo.

Para Rafael Nadal, que cierra hoy (10:30, hora española) la primera jornada ante el serbio Troicki, la cita le pone más que nunca a prueba. Nunca ha pasado de cuartos, pero esta vez, animado por su gran actuación en Chennai, tiene a su disposición lograr el puesto de número uno del mundo.

Pero Nadal no depende de sí mismo. Debe ganar en Melbourne y que Federer no llegue a las semifinales, con lo que su trabajo es doble, estar pendiente de sí mismo y de los resultados de su más enconado rival. Para el zurdo de Manacor e incluso para el propio Federer, habrá otros grandes rivales a tener en cuenta Andy Roddick, Novak Djokovic, Andy y David Nalbandian.

Para unos y otros, una nueva superficie se estrena en Melbourne Park, plexicushion, de color azul, que sustituye al rebound ace que ha predominado durante 20 años, y que tan malos recuerdos trae en forma de lesiones. Creadores y jugadores, dicen que les beneficiará físicamente, pero sus detractores añaden que no es tan rápida.

La Armada española, siempre con una gran representación, cuenta de nuevo con un renovado Juan Carlos Ferrero, después de su gran actuación en el torneo de Auckland, y entre ellos con la experiencia de un Carlos Moyà, finalista en 1997, que también ha iniciado el año con buen pie tras ofrecer un gran nivel en Chennai.

Federer ha resistido todos los embates. Lo hizo el año pasado ante Fernando González, el anterior contra Baghdatis y en 2004 ante Safin. Sus tres títulos le colocan en disposición de convertirse en el tercero en la historia en ganar tres veces seguidas. De triunfar en Melbourne de nuevo, Federer habría ganado tres grandes consecutivos por tercera vez en su carrera, y estaría en disposición de volver a soñar con reunir el Grand Slam. Una infección estomacal ha privado al suizo de competir en el torneo de exhibición de Kooyong, un habitual en su calendario, con lo que su tenis es una incógnita, pero todos sus rivales no albergan demasiadas esperanzas porque saben que la capacidad del suizo es superior.

En el torneo femenino, la estadounidense Serena Williams defiende el título que logró frente a Sharapova, pero la gran favorita es Justine Henin. Para la belga éste año supone un regreso a Melbourne, donde en la edición anterior decidió no competir tras su decisión de divorciarse. Los diez títulos logrados en 2007 confirmaron que es la auténtica reina.