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Jordi Ferrer Gisbert|VALENCIA
El Real Madrid se adjudicó ayer una inmerecida victoria ante el colista de Primera en un encuentro marcado por el buen juego del Levante y los constantes errores e imprecisiones del líder de la Liga, muy lejos de sus mejores tardes.

Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron una verdadera sorpresa para el público que se congregó ayer en el Ciudad de Valencia, pues el Levante ofreció sin duda la mejor imagen de la temporada, e incluso tuvo contra las cuerdas al líder.

El conjunto de Giovanni de Biasi se dejó los complejos en el vestuario y desde el pitido inicial salió al campo a buscar un gol rápido con el que ahuyentar los grises nubarrones que desde hace meses se han instalado en el club.

El Madrid se empeñó en intentar partir la defensa local por el centro, pero le resultó imposible. Su juego no tuvo la profundidad habitual, y culpa de ello la tuvo las discretas actuaciones de Robinho, Raúl, Gago o Sneijder.

Hubo que esperar un cuarto de hora para ver la primera acción de peligro del Madrid, fue precisamente el medio holandés el primero en disparar a puerta. Su lanzamiento fue directo a Kujovic.

A partir de este momento es cuando se hizo más patente el dominio levantinista, que a punto estuvo de adelantarse en el marcador con dos acciones consecutivas de peligro, una por cada banda, en las que la pelota se paseó por el área de Casillas sin que nadie acertase a rematarla.

El equipo valenciano puso en práctica la misma estrategia que en Mestalla, con una efectiva presión en prácticamente todo el campo de la que sólo se libraron los centrales madridistas. Y sin cerebros el Real Madrid no funcionó. En toda la primera mitad sólo fue capaz de crear peligro en una ocasión, un balón dividido que se paseó por el área de Kujovic y que Courtois despejó sobre la misma línea de gol
La buena imagen del conjunto local y la inusitada relajación del Madrid se prolongó también tras el paso por los vestuarios. Pedro León inauguró el segundo tiempo con un potente disparo que anduvo muy cerca de acabar en el fondo de la red.

Instantes después, el Madrid volvió a gozar de una ocasión embarullada en el área pequeña que esta vez solventaron a medias entre Kujovic y el palo.
Schuster dio entrada a Guti para tratar de solventar la falta de profundidad y éste protagonizó un par de acciones destacadas, pero estuvo muy lejos de ser el jugador decisivo de otras ocasiones.

Parecía que le había cambiado la suerte al Levante tras ver cómo Robinho fallaba una inmejorable ocasión de gol en el minuto 71. El brasileño se quedó completamente solo y disparó al palo.

Pero la fortuna se alió de nuevo con el campeón para romper la ilusión de un equipo ya de por sí hundido. Como ha sucedido en no pocas ocasiones, la defensa levantinista cometió penalti -unas manos del central José Serrano- y Van Nisterooy sumó una diana más.

Al delantero holandés se le da bien este campo, ya logró tres tantos en su última visita, y hoy no quiso despedirse sin dejar de nuevo su tarjeta de visita en un potente disparo raso y cruzado con el que puso el 0-2 a falta de pocos minutos para el final.

En los últimos compases del encuentro, Mustapha Riga llevó peligro al área de Casillas en tres buenos contraataques, pero no tuvo a nadie que le acompañase.