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Gregorio Manzano ha abierto el fuego. El entrenador del Mallorca prendió ayer la mecha de la eliminatoria copera de octavos de final, cargó duramente contra los árbitros en las horas previas a su aparición en el Santiago Bernabéu y puso bajo sospecha a Medina Cantalejo. Lo hizo ante los micrófonos de Onda Cero, donde aseguró que el colegiado andaluz será otro contrincante más en el encuentro de mañana: «En Madrid vamos a tener al Real Madrid como rival y al árbitro como rival añadido», destacaba.

La temperatura de la confrontación, que después de la confrontación de la ida ya era elevada, seguirá subiendo en las próximas horas. Manzano ha aireado públicamente su enfado por lo sucedido el pasado jueves sobre la hierba del ONO Estadi y sus palabras seguro que encuentran respuesta en la acera madridista.

Todo empezó por culpa de Carlos Delgado Ferreiro, el trencilla que dirigió el partido que abría el choque entre baleares y merengues. Además de ignorar un clamoroso penalti de Dudek sobre Óscar Trejo que propició la sustitución del argentino con un fuerte golpe en las costilla, machacó a los locales con una batería de decisiones sin mucho sentido. Si a eso se une que en el partido de Liga del pasado 11 de noviembre los bermellones también se vieron perjudicados por dos errores cruciales de Fernández Borbalán, el enfado de Manzano parece lógico.