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F.Fernández Sin apenas haber tenido tiempo para digerir la vital victoria frente al Burgos, el Bàsquet Inca retorna a la competición con otra cita trascendental. Instalados en el límite del área de descenso (4-12), los de es Raiguer rinden visita a su antecesor en la tabla, un Aguas de Valencia Gandía (5-11) con el que se cierra una primera vuelta marcada por los sobresaltos. La victoria en la cancha alicantina (21 horas) se antoja como la única opción válida para no descolgarse de la permanencia y prolongar la escalada iniciada en el Palau ante el Autocid.

No será una misión asequible para los gualdinegros, que se las verán con un bloque ofensivamente mordaz y que comparece con su mejor racha del curso. Dos victorias consecutivas (Los Barrios y Melilla) han catapultado a un Gandía que ha dejado escapar cinco victorias de su cancha. El triunfo en Melilla supone la confirmación del crecimiento de un grupo en el que la experiencia de Víctor Luengo, Àlex Burgos y Shalawn Miller (ex Palma) marca la diferencia sobre el parqué.

La profundidad de banquillo del Gandía es una de las grandes armas del cinco morado, que se apoyo en la misma para respirar en su paso por Melilla (83-91).

Para el Bàsquet Inca no será un partido más. En especial para el héroe del pasado viernes. Marc Blanch regresa a la cancha que le catapultó a la hoy LEB Oro y de sus números dependerá en buena medida el desenlace de una contienda en la que el escolta catalán debe dejar en su segundo plano el aspecto sentimental para erigirse en referencia de un Inca que quiere cerrar el primer tramo de la competición regular certificando su crecimiento como equipo con una segunda victoria consecutiva que les podría ofrece un mayor margen de maniobra respecto a sus compañeros de viaje en la zona baja.