Rudy Fernández se dirige a la afición del Joventut, ante la presencia de Ricky Rubio y Jan Jagla. Foto: CARLOS MIRA

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F.Fernández

«Nosotros te queremos, Rudy quédate». Se puede decir más alto, pero difícilmente más claro. La afición de la Penya quiere que el escolta internacional mallorquín siga siendo su líder en vistas a dar el paso al frente hacia cotas superiores al título de Copa cosechado el pasado fin de semana en Vitoria, pero la tentación de la NBA está muy presente. Rudy, capitán del DKV Joventut y buque insígnia de los verdinegros, capitalizó el multitudinario homenaje que la afición badalonesa tributó a los suyos tras volver a conquistar un título dentro de nuestras fronteras (hace dos temporadas lograron la FIBA Eurocup), y en él, el exterior formado en el Sant Josep quiso dejar de lado su futuro y centrarse en el momento, aunque con la mente puesta en las dos competiciones en las que Rudy, Ricky, Aíto y compañía tienen depositadas sus miras: la Copa ULEB y la Liga ACB.

Rudy fue el epicentro de la fiesta, pero el campeón mundial quiso frenar la euforia y recordar que «ahora mismo tengo contrato con el DKV Joventut y sólo pienso en eso. Siempre se rumorea si estaré en la NBA. Ahora llevo esta camiseta, he logrado la Copa y me quedan dos campeonatos más. Ahora mismo sólo pienso en este contrato que tengo», un compromiso entre Rudy y DKV que se amplió hasta 2013 el pasado verano, aunque con la opción de tener una salida más asequible si el balear decide aceptar el ofrecimiento de los poseedores de sus derechos en la liga estadounidense, los Blazers, que se hicieron con los mismos a través de Phoenix Suns, siendo elegido Rudy en el número 24 de la primera ronda del pasado Draft de la NBA.

El pequeño de la saga Fernández (su hermana también es internacional y despunta en el Wisla Cracovia polaco), confesó que, tras imponerse en la Copa «he cumplido un sueño». El mallorquín admitió que se siente «muy contento de ofrecer a la gente de Badalona este título, muy importante para el club porque hacía años que lo buscaba y que nos da ánimos para luchar por más si cabe. Es una parte de lo que llegará este año».

Además de liderar el histórico triunfo de la Penya, y de ser el jefe del vestuario del Olímpic, con apenas 22 años (el 4 de abril cumplirá 23), Rudy obtuvo el título de MVP de la Copa del Rey, algo que ya cosechó en 2004, aunque entonces, el Tau se encargó de frustrar la alegría de un jugador que explotó en la Copa de Sevilla. Pese a todo, consiguió ser elegido como mejor jugador del torneo, gesta que reeditó en Vitoria hace unos días y que le convierte en el único jugador capaz de ello. «El 2004 queda muy atrás. Habiendo perdido, recibí ese trofeo. Prefiero ganar la Copa, pero si hubiera ganado el MVP cualquier compañero mío hubiera sido igual de feliz o más», explicó el dos, entre cuyos planes inmediatos está la lucha por el título olímpico en Pekín 2008, con el que dar continuidad al oro de Saitama y la plata del pasado Eurobásket.