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Gregorio Manzano se ha propuesto arrancarle a su equipo la etiqueta de «rey del empate». El técnico jienense no quiere que el Mallorca siga perdiendo puntos por la carretera y ha señalado el césped del Coliseum como un posible punto de partida. «Hay que ir a Getafe con toda la tensión del mundo, pensando en ganar», comentaba ayer convencido de sus posibilidades.

Después de lo que ha ocurrido en las últimas semanas, al Mallorca le toca desfilar por el campeonato con una carga que no ha elegido. El equipo lo intenta, pero le resulta imposible llegar a la orilla con el saco lleno y acumula ya muchas jornadas conformándose con un botín menor. Su entrenador asegura que quiere acabar con esa tendencia este mismo fin de semana, aunque también recuerda en voz alta que el panorama de la Liga no le permite renunciar a ningún punto, por escaso que parezca: «Nadie piensa en ir a por el empate. Otra cosa es lo que pasa después. Yo no lo firmo nunca, pero si se da, tampoco lo voy a rechazar», apunta. «También llevamos siete jornadas sin perder y esa sensación tan amarga que es la de la derrota, tampoco la apreciamos. No nos ha venido la suerte de cara y ya está. A los equipos que les ha pasado lo contrario se les llama revelación y de nosotros se dice que es un relativo fracaso. El guión hay que tenerlo claro y si no ganamos, nos jodemos y apretamos los dientes. Nada más», argumenta.

Sea como sea, el visor bermellón se orienta ahora hacia Getafe, donde se aloja uno de los equipos de moda del fútbol español. El conjunto azulón, que junto al Barcelona es el único que puede presumir de estar vivo en tres competiciones, se plantará mañana (17:00 horas) frente al once isleño dispuesto a darle un poco más de volumen a su progresión, aunque lo haga cansado por la resaca de su partido del jueves ante el Racing. Según Manzano, ahí puede estar escondida una de las llaves del enfrentamiento, pero puede que no sea la única: «Ojalá podamos sacar provecho de su euforia. Han dado un paso importante para plantarse en la final por segunda vez consecutiva y han demostrado que lo saben hacer muy bien en todos los torneos. Aunque no podemos confiarnos ni por su supuesto cansancio, ni por esa euforia que se les supone», subraya.

La palabra revancha, una de las que más se han repetido a lo largo de la semana en el cuartel general mallorquinista, tampoco está entre las prioridades del entrenador andaluz: «No hay ganas de revancha, aunque es verdad que el Getafe nos sacó de la Copa por el golaverage. Me daba un poco de envidia verles jugar la semifinal y ahora volvemos al campo en el que hemos sufrido nuestra última derrota. Es verdad que no hemos abierto el 2008 con todas las victorias que deseábamos, pero hemos sido competitivos y en el Coliseum veo un duelo equilibrado», vaticina. «Es un buen equipo, uno de los que mejor trata el balón en el centro del campo de toda la Liga. Tiene mucha precisión en el juego de estrategia y unos medios centros con mucha llegada, como Casquero y De la Red. Eso, unido al resto del bloque, hace que sean un rival muy a tener en cuenta. La única diferencia que hay entre nosotros y ellos son esos dos puntos que sumaron la semana pasada en el Bernabéu gracias al despiste del Madrid».

Manzano cree además que la Liga ha inaugurado en las últimas jornadas su fase más apasionante y decisiva -«estamos en un momento muy importante y hay mucha tensión, mucho miedo a perder»-, una serie de capítulos que él afronta con la pólvora húmeda por culpa del mal momento que viven Arango y Güiza. En esa dirección, Manzano no pierde la esperanza: «Espero que se recuperen el domingo, que vean puerta y que remachen con goles el trabajo del equipo. Le damos muchas vueltas a la cabeza, pero un equipo está en una zona oscura cuando no crea ocasiones de gol o cuando se ve impotente al llegar a puerta. Hasta ahora, eso no nos ha pasado. ¿Güiza suplente? De momento, no hay motivos para ello».

Manzano, que tampoco le da importancia a los piques que se han producido durante la semana, parece tenerlo todo bajo control.