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F.Fernández / Efe El Obradoiro puede convertirse en el primer rival del futuro proyecto unficado del baloncesto mallorquín en vistas a dar el salto a la Liga ACB. La máxima categoría está obligada a admitir al club santiagués, siempre y cuando cumpla las exigencias económicas y deportivas de la competición, lo que alteraría su funcionamiento y los ascensos desde la LEB Oro. La posibilidad de que la incorporación del Obradoiro sea una realidad la próxima temporada parece cobrar forma, y si se produce, por espacio de la temporada 2008/09, sólo un equipo podría optar al ascenso directo a la ACB desde la categoría de plata, en la que estaría enrolado el todavía embrionario Bàsquet Mallorca.

La ACB y la Federación Española de Baloncesto (FEB) acordaron que en el caso de que el Obradoiro se incorpore finalmente a la Liga ACB la próxima temporada, habría un total de 19 clubes y uno descansaría cada jornada. Por ello, descenderán dos equipos a la Adecco LEB Oro y en el curso próximo, 2008/09, tan sólo un único equipo de la LEB podrá ascender a la ACB, con lo que se volvería a contar con dieciocho clubes en la máxima competición.

El conjunto gallego, cuya inclusión en la ACB fue fallada por un juez y que, en consecuencia, tendría que hacer frente a un canon de participación de cerca de 540.000 euros, dispondría de los derechos adquiridos en los años noventa, pero tendría que cumplir con los requisitos de participación que obliga en la actualidad a los clubes de la Liga profesional.

Alternativa
En el caso de que el Obradoiro ascendiera en otra temporada distinta a la 2008/09, el club gallego ocuparía una de las dos plazas reservadas para el ascenso de la LEB, ocupando la otra el equipo mejor clasificado en esta dicha competición aquella misma temporada, con lo que sólo uno de los conjuntos inscritos de inicio seguiría teniendo opción a ascender a la máxima categoría del baloncesto español.

En el supuesto caso de que el Obradoiro se incorporara a la ACB la próxima temporada, José Luis Sáez y Eduardo Portela, máximos responsables de la FEB y la ACB, respectivamente, explicaron que «se debe ejecutar tras una sentencia en la que ambas partes deben sufrir: si la escisión se produce, la Liga ACB del año que viene será de 19 equipos y conllevará que la siguiente temporada habrá un único ascenso».

Por último, la ACB y la FEB llegaron también al acuerdo de que la liga profesional goce de plena autonomía para decidir el número de clubes que componen su competición. Dicho asunto será abordado por la Asamblea General de Clubes de la Liga profesional, que deberá determinar si mantienen los 18 clubes actuales o reducen la Liga a 16. Si la Asamblea aceptara la reducción de equipos, la modificación sólo tendría vigencia dos temporadas después de su aprobación por este organismo.

Con todo ello, el futuro del proyecto impulsado por el Govern, con Bàsquet Inca, Palma y Muro como protagonistas principales, mira con atención a los movimientos que desde Santiago se puedan llevar a cabo para hacer realidad la inscripción del Obradoiro en la ACB. Un factor que, deportivamente, obligará a confeccionar un plantel y una estructura más ambiciosa si cabe, ya que sólo uno de los dieciocho aspirantes podría sellar su billete y obtener el ascenso, y se reduce así el margen de maniobra.