A diez jornadas para el cierre del curso regular, los destinos de Palma y Bàsquet Inca vuelven a encontrarse en un momento delicado. Si en la primera vuelta ya fue un partido clave, echando un vistazo a la clasificación y las dinámicas de ambos contrincantes, el Palma Arena (20:30 horas) se prepara para vivir un partido diferente. No sólo por ser de máxima rivalidad regional, sino por la trascendencia que podría llegar a adquirir. En juego está la permanencia, con el proyecto único en mente, factor que hace pensar que el de hoy pudiera ser el último choque directo entre dos equipos mallorquines en la categoría.
Una victoria separa a los de Ciutat (9-15) de un Inca (8-16) que delimita la zona de descenso. Por ello, ganar posee un doble valor, ya que en juego también está el average directo. En la ida, un Palma que no acababa de arrancar salió airoso del Palau (79-81) y prolongó por escaso margen el crédito de un Diego Tobalina que semanas después se despediría de su cargo. El cinco inquense llega al derbi avalado por una dinámica ascendente y con la intención de dar el salto y dejar atrás once jornadas ubicado en la penúltima plaza. Dos victorias consecutivas ante su hinchada (Melilla y Breogán) les han enchufado de nuevo a la salvación y les permitieron alcanzar al Gandía. Con un plantel remozado, volverán a verse las caras con un viejo conocido que hasta hace un par de meses vestía la elástica gualdinegra. Thomas Terrell estaba llamado a ser la estrella del Inca y acabó intentando ser el revulsivo de su eterno rival. No atraviesa por su mejor momento el estadounidense, de la misma forma que la escuadra de Àngel Colino. Haber encadenado tres derrotas consecutivas (La Laguna, Los Barrios y Melilla), dos de ellas en la prórroga, han invertido el sino de un equipo que ha pasado de luchar por las series de ascenso a no caer al precipicio.
Tras romper el frío del Arena y haber amontonado cinco triunfos seguidos ante su hinchada, la cita ante el Inca supone un serio test para los celestes, que no pueden permitirse más tropiezos en su centro de operaciones si no quieren verse inmersos en una peligrosa dinámica. Y menos ante un adversario que se la juega.
Pese a que la historia juega a favor del Palma (5-3 en los ocho enfrentamientos directos en Liga y Copa Príncipe a lo largo de las cuatro últimas campañas, tanto en LEB Oro como en LEB-2), el choque de dos dinámicas diametralmente opuestas abre más que nunca los pronósticos.
Dos nombres propios de la cita son Alberto Alzamora y Pep Pacreu. Los dos capitanes son los jugadores con más kilómetros en la cita. El ala-pívot mallorquín es el único que ha disputado todas las entregas del clásico, mientras que el catalán es el más longevo en estas lides por parte del Palma.
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