El pivote madrileño del Real Mallorca, Borja Valero, golpea el taco de billar, en una imagen captada ayer. Foto: PERE BOTA

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Carlos Montes de Oca / Carlos Román

Míchel dijo de él que era la joya de la cantera blanca, por delante de tipos como Granero o De la Red. Y Fabio Capello le dio la alternativa en el Real Madrid en un partido de la Champions League (2-2 en Kiev). Sin embargo, la indefinición madridista y la habilidad de la dirección deportiva del Mallorca propiciaron su desembarco en Ciutat el pasado verano con la carta de libertad y un contrato hasta 2012. Unos meses después, el nombre de Borja Valero Iglesias (Madrid, 1985) comienza a quedar grabado en la pizarra de Manzano. Sólo Arango y Güiza han disputado más partidos que este madrileño del barrio de Hortaleza, apasionado del baloncesto y jugador de golf en sus ratos libres, que poco a poco comienza a granjearse un hueco en el escaparate de la Liga. Alejado del aura de vanidad que rodea a la mayoría de futbolistas de elite, en parte gracias a los consejos de su novia Rocío, periodista de profesión, Borja se sincera para Ultima Hora rodeado de máquinas recreativas en Ocimax.

-¿Cómo está resultando la temporada?

-La verdad es que más positiva de lo que creía. Tenía otras expectativas cuando firmé por el Mallorca porque procedía de un equipo que acababa de descender a Segunda B y no tenía ninguna experiencia en Primera. Desde el primer día el míster ha contado conmigo y estoy jugando más de lo que esperaba. Además, estoy rodeado de gente con mucha experiencia que me están enseñando muchas cosas.

-¿Es muy diferente el Mallorca que se imaginaba al que se ha encontrado?

-En verano ya me sorprendió mucho. Había estado muchas veces en el vestuario del primer equipo del Real Madrid, pero es una cosa totalmente diferente. El Mallorca es una familia, todo el mundo se lleva mucho mejor y es más como un bloque. Hay muy buen ambiente dentro del vestuario y eso se nota en el terreno de juego.

-Desde principios de temporada está gozando de minutos, aunque en las últimas jornadas parece estar más asentado en el once.

-Sí, he tenido rachas de algunos partidos como titular. En la primera vuelta jugué cuatro encuentros desde el inicio y en esta segunda, el míster está contando más conmigo. Creo que le estoy devolviendo la confianza con trabajo y con entrega, que es lo que estoy obligado a hacer.

-Desde su fichaje por el Mallorca se le identificó como el complemento ideal de Ibagaza o su sustituto cuando 'El Caño' no esté. ¿Está de acuerdo con esa consideración?

-La gente creía que era el suplente de Ibagaza, que sólo iba a tener minutos cuando no estuviera él. Se ha demostrado que podemos jugar juntos y que nos compenetramos muy bien. Yo puedo jugar un poco más retrasado, de mediocentro, y el Caño, unos metros por delante y más liberado. Los dos podemos jugar juntos perfectamente como ha quedado demostrado.

-¿Se siente más cómodo en la variante con dos pivotes y el Caño por delante?

-Así me siento muy cómodo porque tengo mucha gente al lado, a un mediocentro más defensivo y el Caño por delante. Es mucho más fácil para mí, pero me siento bien cuando jugamos sólo dos, como el otro día. Lo que quiero es jugar y como quiera el míster, está bien.

-Recientemente ha comentado Casillas que hay vida al margen del Madrid en referencia a los canteranos que se quedan en el camino.

-La verdad es que cambia mucho la vida. En el Madrid son todos comodidades, aunque llegar al primer equipo es mucho más difícil. Comprendí enseguida que la vida no se acaba allí y por eso vine a Mallorca. Me hicieron una oferta que no podía rechazar deportivamente, con un gran proyecto y espero estar aquí mucho tiempo.

-Con la internacionalidad de Arbeloa o De La Red, se ha reabierto el debate de la cantera del Real Madrid, del que usted es una 'víctima' más.

-Siempre ha sido así. ¿Por qué a Gago, Higuaín o Marcelo se le dan oportunidades con 18 o 19 años y a Arbeloa, De La Red o Soldado no...? Se demuestra que cuando salen por ahí lo hacen muy bien o incluso llegan a la selección. Yo no había jugado en Primera y lo que quería era hacerme con un hueco en esta Liga. De momento lo estoy consiguiendo.

-El otro día se permitió el lujo de 'emular' a Ibagaza: ¿Cómo se sintió sin la presencia del Caño?

-Bueno, al menos lo intenté. Era un peso importante porque aquí la gente le tiene mucho carino, sabe lo que significa para nuestro equipo y era una responsabilidad grande para mí que no estuviera ni Ibagaza ni Basinas. La responsabilidad ofensiva del equipo era para mí. La cogí con mucho gusto, creo que no me pesó e intenté hacerlo como pude. Lo mejor es que ganamos, que es lo importante.

-En lo que llevamos de temporada, ¿hay alguna actuación de la que se sienta más orgulloso?

-Quizás la del debut como titular, en Huelva. El míster me había dicho el día antes que jugaba de titular, era la primera vez que iba a hacerlo, y estaba bastante nervioso. Para colmo, recuerdo que perdí el primer balón y pensé, empiezo bien. Luego me tranquilicé y salió un partido perfecto. Di un pase de gol y todo salió redondo. El partido contra el Recre aquí también fue especial porque marqué dos goles. Pero me quedo con el pase de gol que le di a Güiza en Huelva que con los goles.

-¿Qué tal con Gregorio Manzano?

-Bien, la verdad es que no lo conocía. Es un entrenador muy tranquilo, que sabe llevar muy bien el equipo y está demostrando su valía.

-Su contrato es peculiar, ya que el 50% pertenece al Mallorca y el otro 50% a su representante, Alejandro Camaño.

-La verdad es que ni yo sé cómo es. Es una cosa rara que no me preocupa. Si el Mallorca cree que soy un jugador válido, supongo que comprará el otro 50% y ya está. Pero yo sólo pienso en jugar, en la suerte que he tenido en firmar un contrato largo con el Mallorca, que es difícil y demuestra la confianza que tienen en mí, y en darlo todo por este equipo. Intento trabajar duro cada día para ser titular los domingos. Si no lo soy, pues nada. Por suerte siempre he jugado un ratito y he podido demostrar cosas. El trabajo está dando sus frutos.

-¿Se están cumpliendo las expectativas del vestuario o se esperaba algo más?

-Bueno, creo que con una pizca de suerte y de lo que no es suerte, principalmente los arbitrajes, estaríamos un poco más arriba. Pero la Liga se ha dado así y debemos luchar por la permanencia en Primera División, que no es tarea fácil.

-Comentó el míster que dentro de un par de años quizás se pueda soñar con estar en Europa

-Cuando me ficharon el mensaje era ese, de un proyecto de futuro. Por eso vine aquí y espero que sea así. Sería muy bonito estar peleando por jugar en Europa. Por suerte yo he tenido la fortuna de jugar en Champions y ojalá en un par de años podamos estar ahí arriba.

-¿Cómo fueron sus inicios?

-Empecé a jugar en Torrejón en el equipo que tenía mi tío. Iba a jugar para divertirme, nada más. Después fui al Villa Rosa y jugando contra el Madrid, ellos se fijaron en mí, jugué el torneo de Canal Plus y recalé en el club madridista a los 11 años. De aquella Quinta no queda casi nadie. Está Alex Pérez, del Albacete. Después llegaron Balboa, Soldado...

-¿Qué entrenador le ha marcado más?

-Con Quique Sánchez Flores aprendí mucho en el juvenil del Real Madrid. Después Abraham García me enseñó en una época difícil. Muchos compañeros míos subieron al Castilla y yo, a los 18 o 19 años, jugaba en campos de tierra en Tercera División. Además venía de jugar el Campeonato de Europa sub 19, de meter el gol que nos dio el título y fue un golpe anímico importante. Abraham me ayudó mucho.