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Mallorca y Madrid rodarán esta noche el cuarto y definitivo capítulo de una serie llena de acción. Rojillos y merengues, que están convirtiendo el enfrentamiento en uno de los nuevos clásicos del fútbol español, arrastran ya tres encuentros a sus espaldas que, por el momento, arrojan un saldo favorable para los baleares. El marcador parcial es de dos a uno y teniendo en cuenta que en el mismo se incluye una eliminación copera, el desenlace se prevé movidito. Son Moix decide.

La primera entrega del careo se representó hace algo más de cuatro meses, concretamente el día 11 de noviembre. Los de Manzano irrumpían en el Bernabéu después de encadenar dos empates y una derrota y aunque regresaron a casa con la cabeza agachada, intervinieron en un partido enorme (4-3). En aquella ocasión toda la pimienta estuvo sobre la arena. Goles, emoción, polémica... No faltó nada.

En enero uno y otro recuperaron sus viejas diferencias. El Mallorca se coló de forma inesperada en los octavos de final de la Copa del Rey y el bombo le emparejó con el conjunto blanco, que soñaba con reconquistar el torneo tras quince años de sequía. En la ida, los baleares neutralizaron el golazo de Higuaín gracias al acierto de Trejo y Arango (2-1), que elevaron al máximo la temperatura del choque de vuelta. Antes de que éste llegara, Schuster y Manzano se enzarzaron en una amarga batalla dialéctica que sólo el tiempo ha logrado suavizar. Lo importante es que el Mallorca selló su pase a los cuartos de final con un hachazo de Ibagaza. Los madridistas han estado esperando hasta hoy para consumar su venganza.

Por otra parte, el capitán del Real Madrid, Raúl González, se refirió ayer al partido de esta noche y le dedicó una parte importante de su discurso a su rival en la carrera por el pichichi nacional: «Quiero felicitarle porque no es fácil con un equipo como el Mallorca llevar los goles que él lleva. Pero el Mallorca no es sólo Güiza, es un gran equipo, con un gran entrenador y cuando se enfrentan al Real Madrid todo el mundo da lo máximo», reiteró.

Raúl destacó además la importancia que tiene el partido de hoy para el progreso de su equipo en el campeonato: «Cada partido ya es una final. El ONO Estadi es un campo que no se nos da nada bien, el Mallorca tiene grandes jugadores y está en un buen momento de forma. Queremos mantener la intensidad y el buen juego que mostramos ante el Sevilla para conseguir la victoria».