«A Nico (Almagro) se la han juntado varias cosas como jugar en la central y también que he hecho el mejor partido desde que empezó el torneo», analizó el mallorquín, que comentó que la Philippe Chatrier es especialmente complicada por las distancias: «Todo el mundo tiene experiencia en jugar en grandes pistas, pero me refiero a lo difícil que es la pista. Claro que impresiona por la historia y su belleza, pero es por la forma en la que afectan al juego las distancias».
La posibilidad de conseguir el récord de cuatro victorias consecutivas de Björn Borg y el hecho de haber mejorado los impresionantes registros del sueco en la edición de 1978 hacen que las comparaciones sean inevitables.
No obstante, el número dos del mundo, que no ha podido ver ningún partido completo de Borg, se muestra contento de que le comparen. «Todo el mundo habla de Borg como algo distinto y especial porque siempre que salía a la pista parecía que no podía perder. Que me comparen con Borg es un halago y no me molesta que me comparen con uno de los tres mejores de la historia. Estoy agradecido a los que me comparen con él, aunque la verdad es que sólo lo he visto en algunos puntos en reportajes y en los vídeos que ponen durante los parones por la lluvia en Wimbledon», dijo el mallorquín. Nadal celebró haber alcanzado el nivel de juego que anhelaba a estas alturas del torneo y explicó que con su derecha se siente «satisfecho al cien por cien», pero aún habla con reservas de su revés y su servicio. «El revés está mejorando a pesar de que no es la mejor sensación que he tenido y el servicio hoy -por ayer- ha sido muy complicado por el viento que ha hecho. Tengo dos días para prepararme y estoy en buena línea para llegar al viernes bien de saque».
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