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César Toldrá|GINEBRA
David Villa, delantero del Valencia, prolongó ayer, con el hat trick logrado en la victoria de la selección española ante Rusia (4-1), la buena racha goleadora con la que acabó la Liga española y se reivindicó como uno de los mejores definidores de Europa.

En una temporada aciaga para el Valencia en la Liga, sólo en la recta final el jugador asturiano pudo sacar a relucir su mejor arsenal, con una serie de diez goles en las últimas nueve jornadas que le dejaron con diecisiete tantos al final del torneo.

En un partido para enmarcar, Villa desarboló a una defensa rusa que nada pudo hacer para frenar al atacante valencianista, que en los minutos 20, 44 y 74 situaba el 3-0 en el marcador y protagonizaba la mejor actuación individual de la primera jornada de todos los grupos de la Eurocopa.

Pero la temporada no ha sido fácil para el jugador de Tuilla. Aunque él no fue uno de los apartados por Ronald Koeman en el Valencia -Albelda, Angulo y Cañizares-, nunca congenió con el técnico holandés, quizá por considerar injusta una decisión que el entrenador nunca quiso explicar, y su fútbol sólo apareció en la recta final del torneo.

Liberado de las tensiones que ha vivido en el entorno de Mestalla, ayer Villa fue más Villa que nunca. Definición, velocidad y calidad definen los goles de un jugador que cuando está tranquilo y centrado en su trabajo es imparable ante el marco rival. Sólo el ansia que a veces ofusca a todo goleador le puede en ocasiones.