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F. Fernández Un año más, la gran familia del baloncesto balear volvió a reunirse a manteles en el restaurante Binicomprat de Algaida. El motivo no era otro que la habitual cena de final de temporada organizada por la Federació de Bàsquet de les Illes Balears (FBIB). Al evento, además de la directiva de la territorial, asistieron el conseller de Esports, Mateu Cañellas; el director insular de Esports del Consell, Toni Seguí, o el regidor de esta materia en el Ajuntament de Palma, Baldomero Oliver, además de una nutrida representación del deporte de la canasta.

La entrega de los trofeos y distintas distinciones que premian la labor desarrollada en pro del baloncesto balear por diferentes personalidades permitió vivir algunos de los momentos más especiales de la velada. Además del clásico tributo a los presidentes de clubes que abandonan su cargo, se tuvo un recuerdo especial para el trofeo Hermanas Rullán, un clásico tras muchas temporadas en el calendario insular.

El Ajuntament de Sóller, representado por su regidor de Esports, Pep Lluís Colom, y el Joventut Mariana, por su ascenso a Liga Femenina, fueron algunos de los protagonistas. Al igual que Promociones Prats García, empresa a la que se agradeció su dedicación e implicación con el baloncesto de Llucmajor, de la mano de Antònia Prats. Los 25 años del Artà o distinciones como la entregada a Pere Andreu Cortés como mejor entrenador, redondearon un encuentro que fue todo un éxito de convocatoria y dejó patente que el baloncesto balear vive un buen momento en el capítulo deportivo que se plasma en este tipo de reuniones ya consolidadas.