Fernando Fernández|PEKIN
Pasan pocos minutos de la una y media de la tarde en la pista seis del complejo olímpico de tenis. Desde lejos se oyen el peloteo. Echando un vistazo tras la malla, se observa a Nuria Llagostera Vives (Cala Millor, 1980) echando el resto ante el acuciante calor. No le queda más sudor que depositar en su camiseta y el cansancio hace mella en la mallorquina y su compañera de entrenamiento, la canaria Carla Suárez. Pero el esfuerzo ha valido la pena. Una lesión en su muñeca estuvo a punto de retirarla de las pistas y marcó una etapa para olvidar en una ejemplar trayectoria dentro del circuito de la WTA, pero su tenacidad le permitió regresar, con fuerza, y remontar el vuelo. No en vano, en febrero de 2007 era la 686 del ránking y a base de muchas horas de trabajo, logró recuperar su instinto ganador y su lugar en el equipo de Copa Federación, con el que precisamente en Pekín logró el billete para la gran final. Todo, en una eliminatoria en la que la balear fue la heroína y la artífice de un logro que permite al tenis femenino español volver a optar a un título que posee de manera exponencial en sus vitrinas, y que Nuria quiere que también sea parte de su patrimonio deportivo.
Pekín 2008 / Tenis
Vuelve Llagostera
La tenista de Cala Millor culmina en los Juegos una línea ascendente que le ha llevado de estar al borde de la retirada a ser la líder del equipo nacional y optar a una medalla olímpica
09/08/08 0:00
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