El de ayer era un entrenamiento oficial, en el que se vio por primera vez a Price. Y la estadounidense agradó (13 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias en casi 32 minutos), pero su aportación no resultó suficiente. Ni la suya, ni la de un juego interior solvente. Llamas y Vega asumieron un papel protagonista sobre el parqué, aunque la fuerte presión defensiva que sufrió Licet Castillo mermó el potencial ofensivo del conjunto mallorquín, que en el primer cuarto se vio superado con holgura (24-12) por un Ros en el que Montañana (18), De Souza (17), Valdemoro (16), Hodges (15) o Tornikidou (11) se encargaron de liquidar las pocas opciones con las que aterrizaba el Joventut Mariana.
Pese al fulgurante arranque del Ros, el cinco balear se activó camino del descanso (49-33), aunque el tercer cuarto acabó por poner punto y final a un partido en el que las mallorquinas se mostraron fuertes en defensa, presionando durante los cuarenta minutos, pero la entidad del adversario y su capacidad para resolver con canasta -bien de dos o triple- posesiones llevadas al límite, mermaba el potencial del Mariana, que se apoyaba en los centímetros de Llamas y Vega para no despegarse más en el electrónico, en el que al final del tercer cuarto todo estaba resuelto en favor de las locales (78-48).
El último parcial se convirtió en un mero trámite en el que el Ros Casares no redujo sus prestaciones ofensivas, frente a un debutante que sigue esperando a Murriel Page para apuntalar la pintura. A la estadounidense se la aguarda antes del miércoles y el club anhela noticias suyas.
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