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Que siga la fiesta. El Mallorca se ha propuesto estirar las celebraciones de inicio de temporada y regresa a la arena de Son Moix con la intención de coser su tercera victoria consecutiva. Y aunque otra alegría ayudaría a renovar la licencia para soñar, el grupo de Manzano no está exento de riesgos. Es lógico. Los baleares reciben al equipo más blando que ha desfilado últimamente por la pasarela de la Liga y eso siempre arrastra una responsabilidad añadida. El Sporting de Gijón ha fracasado en los cinco primeros episodios del campeonato y si factura algún punto en su equipaje de vuelta le sacaría los colores al embalado conjunto isleño. En otras palabras, vuelve a estar prohibido equivocarse (ONO Estadi, PPV, 17.00 horas).

Han bastado cinco partidos para que el Mallorca establezca la velocidad de crucero. Tras el cruel despertar de Mestalla (3-0), la formación isleña ha ido acelerando mientras devoraba jornadas y ha llegado a las puertas de uno de los inicios más brillantes de toda su historia. Hoy, con un poco de suerte, podría cruzarlas para levantar el campamento en las plantas superiores de la Liga.

La victoria de hace siete días en Santander (1-2) ha reparado los males más significativos del equipo y aunque todavía quedan varias cosas por arreglar, parece cuestión de tiempo. Hoy debería haber espacio para hacerlo. Teóricamente, es el encuentro más cómodo de los que ha planteado hasta el momento el calendario y si la plantilla mantiene sus constantes, el éxito parece posible.

Después de analizar lo que ocurrió en Santander, Manzano empieza a tener claro su discurso. En los Campos de Sport, el jienense vio como el Racing sacudía violentamente a su equipo y tuvo que esperar al descanso para aplicar el bisturí y encontrar la luz. Sus cambios fueron claves para la resurrección y ayer, al hacerse pública la última lista de convocados, se conocieron las primeras consecuencias. Mario Suárez, titular en tres de los cuatro últimos encuentros, es el gran damnificado y se sentará hoy en la grada. Junto a él estarán Callejón y Scaloni, además del lesionado Lux. Mientras tanto, Webó se perfila como titular y socio de Aduriz en agradecimiento a su actuación de El Sardinero. Más atrás, la defensa seguirá siendo la misma (Josemi, Nunes, Navarro y Corrales) y sólo en la zona ancha podrían aparecer novedades. Lo normal sería que Martí y Jurado acamparan en el círculo central y que Varela y Arango intervinieran por las alas, pero sigue sin estar claro. El pésimo momento del venezolano podría condenarle al banquillo en beneficio de Gonzalo Castro y la capacidad de mando de Cléber Santanar también podría tener recompensa. En cualquier caso, el entrenador mallorquinista guardará la combinación bajo llave hasta poco antes de que empiece a rodar la bola.

Mientras, el entrenador sportinguista, Manolo Preciado, rompió ayer una de sus reglas más básicas y adelantó la alineación que presentará en Palma, que será calcada a la que cayó el pasado fin de semana contra el Villarreal (0-1).

El equipo asturiano había señalado el partido de hoy como el primero de su liga particular, pero no había previsto el crecimiento de los baleares. Ante eso, Preciado le ha recordado durante la semana a los suyos el peligro que los mallorquines en las jugadas de estrategia, uno de los puntos más débiles del equipo gijonés (lleva encajados cinco goles en este tipo de acciones). De todas formas, el técnico cántabro tendrá que ver el partido desde la grada por sanción y su extensión en la banda será su segundo, Iñaki Tejada.