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Su crédito está bajo mínimos. Sus gatillazos le han relegado al rincón de las sospechas, pero él insiste. Investido propietario del Real Mallorca prácticamente desde que se fotografió junto a Vicenç Grande a finales del mes de julio, sus constantes aplazamientos "especialmente el del pasado miércoles" le han relegado a la categoría de presunto comprador.

«Todo está OK. El día 12 haré efectiva la compra del club. Los problemas que encontramos ya están solucionados», aseguró ayer Paul Davidson desde Londres. El empresario inglés, que la semana pasada intentó justificar su aplazamiento de compra remitiendo un comunicado en el que hablaba de «problemas de la economía global», advirtió a este diario que su decisión de adquirir los títulos que controla la familia Grande a través de una sociedad y no en su propio nombre "como así figura en el documento de compraventa de acciones que firmaron las dos partes" había supuesto un obstáculo relevante. «Yo y mi equipo de abogados hemos tenidos problemas para crear esta nueva empresa a través de la cual quiero comprar el club, pero es un tema que ya está solucionado y repito que el próximo día 12 se cerrará la operación».

Davidson expresó también su intención de desplazarse personalmente a la Isla para estar presente en el traspaso de poderes. «Está todo solucionado y yo mismo viajaré a Mallorca la próxima semana para firmar la compra».

Las declaraciones de Paul Davidson han sido acogidas con incredulidad. «Ahora lo único que podemos hacer es esperar unos días para ver como se desarrollan los acontecimientos. Se concedió un nuevo plazo de diez días a este señor y lo que hay que hacer es respetarlo», subrayó sin excesivo convencimiento una fuente próxima a las negociaciones.