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Aunque los focos apuntarán todo el día a la sede en Palma del Barclays Bank, esta noche hay partido en Son Moix. El Mallorca, que fuera del terreno de juego continúa embarcado en un agrio proceso de compraventa, va a recoger ante su público el hilo de la eliminatoria que inauguró hace dos semanas en La Rosaleda. En aquella ocasión, coincidiendo con la sonada espantada de Davidson, los de Manzano reservaron un billete hacia los octavos de final de la Copa gracias al empate promovido por Keita (1-1). Hoy, en otra de esas jornadas señaladas con un círculo rojo en el calendario, tendrán que acabar de resolver el papeleo para alargar su caminata por el torneo (ONO Estadi, 21.00 horas, IB3 Televisió).

El encuentro corre el riesgo de quedar en un segundo plano, aunque resulta poco recomendable. Es más, se trata uno de los más importantes a los que se ha enfrentado hasta el momento la última versión del conjunto mallorquinista. La Copa siempre ocupa un lugar privilegiado entre los objetivos del club y, teniendo en cuenta el panorama de la eliminatoria, sería una lástima despreciarla ahora. En cualquier caso, el once que salga hoy al campo tendrá poco que ver con el que se mueve últimamente por la Liga. Manzano, al igual que su colega Tapia, se apoyará en las rotaciones para ventilar el equipo y eso llena de interrogantes su rendimiento.

El entrenador bermellón ha citado para la velada a dieciocho futbolistas, por lo que tendrá que realizar dos descartes justo antes de empezar el encuentro. Entre los convocados destacan las ausencias de los tocados Moyà y Varela, además de las de Josemi y Arango, que verán el partido desde la grada por decisión técnica. Así, parece que el equipo que pondrá sobre la mesa el jienense será similar al que inauguró la confrontación en terreno malacitano y los futbolistas que menos minutos han disputado hasta el momento, como Ayoze, Scaloni, Callejón, Castro o Trejo, tendrán otra oportunidad para reivindicarse y enseñarle a la afición sus argumentos y coger algo de peso en la libreta del preparador. Sin embargo, la gran preocupación de Manzano se centrará en recortar el volumen de errores que comete normalmente su formación, sobre todo, a nivel defensivo. El empate del pasado domingo y la manera en la que se produjo han generado ciertas dudas y conviene eliminarlas de inmediato.

El Málaga, por su parte, intentará trasladar las buenas sensaciones que está ofreciendo en la Liga a la Copa del Rey. En el conjunto malagueño se han fijado el pase a octavos de final como uno de los objetivos de esta temporada, ya que eso igualaría su mejor balance histórico en este torneo. Todo un desafío.

El equipo que entrena Antonio Tapia, pese a salir derrotado en los dos últimos compromisos ligueros, frente al Barcelona y el Real Madrid, mantiene un buen nivel de juego y pretende prolongarlo sobre la alfombra del ONO Estadi, por lo que saldrá a por un gol que dinamite el equilibrio de la eliminatoria. El técnico cordobés, pese a todo, también recurrirá a los jugadores menos habituales, aunque no están ni mucho menos exentos de calidad. El mejor ejemplo es del ex mallorquinista Albert Luque, que vivirá un partido especial en su regreso a Palma tras tres temporadas en las que ha paseado su clase por Inglaterra (Newcastle) y Holanda (Ajax). A su lado estarán Fernando, los centrocampistas Barros, Lolo y Cheli, los defensas Cuadrado, Nacho y Manolo o el guardameta Goitia, quien sustituirá a Francesc Arnau.