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Carlos Román / Miquel Alzamora El Mallorca está perdiendo espectadores con respecto a la temporada pasada. Sin embargo, no se trata de un mal endémico, sino más bien de un problema que sacude a la mitad de los clubes de la Primera División española. En ese vagón, en el que también se alojan equipos de la talla de Barcelona o Real Madrid, los baleares serían séptimos. Los casi tres mil fieles que han dejado de acudir al ONO Estadi han afeado las cifras de la entidad, pero todavía están lejos de que presentan el Espanyol o su vecino azulgrana, que en los últimos meses han dejado de contar con el apoyo directo de cerca de ocho mil personas.

La media de espectadores que han acudido a Son Moix en los seis encuentros de esta temporada -ante Osasuna, Numancia, Sporting, Espanyol, Athletic y Málaga- es de 12.729, mientras que el curso pasado llegó a 15.689 una vez archivados los diecinueve partidos del campeonato. Los números son elocuentes, aunque también hay que tener en cuenta que por la pasarela del Camí dels Reis deben desfilar todavía los pesos pesados de la competición y que eso podría reducir de forma importante el déficit.

El más perjudicado por esta crisis de público a la que asisten la mitad de los estadios es el Espanyol (8.029 espectadores menos de media), seguido muy de cerca por el Barcelona (7.315) y el Betis (6.221). Tras ellos se sitúan el Real Madrid (4.615), el Almería (4.085) y el Deportivo (3.157) y ya por detrás del Mallorca aparecen el Getafe (1.631), el Valladolid (868) y el Atlético de Madrid (421).