El Bàsquet Mallorca se ganó su mejor aguinaldo navideño al cerrar con la sexta victoria del curso (88-83) un partido plagado de altibajos y en el que el Vic no bajó los brazos hasta que en el último cuarto Tiedeman calentó su muñeca para acribillar a los catalanes, mientras Riera y Alzamora imponían sus galones. Los de Xavi Sastre despiden 2008 instalados en la zona tranquila, con un colchón enorme respecto a las plazas de descenso. Así, encaran el tramo final de la primera vuelta muy por encima de sus expectativas y cierran con una sonrisa una semana difícil para la enfermería. Blair y Blanch cumplieron con nota, pero se notó la falta de minutos de un Keep demasiado castigado.
Y eso que las cosas no comenzaron nada bien. Los triples de Feliu, Sabat y Jiménez encendían las alarmas camino del ecuador de un primer cuarto (4-17) que fue un suplicio. El Vic se aplicaba en la defensa sobre Riera y Blair y tuvo que aparecer en escena Biviá -con dos triples vitales- para cambiar el sino de la escuadra con sede en la capital de es Raiguer.
Palacios y Josemi García capitaneaban la nave catalana y Kiefer se adueñaba de la pintura ante un Orfila perdido sobre el parqué (28-44). Los porcentajes de tiro del Vic asustaban y un Keep agotado no tenía su día. Ocho puntos consecutivos de Riera devolvían al Mallorca al partido cuando el Vic aprovechó su renta para bajar la guardia.
Llegaba el descanso con un panorama más despejado para los isleños (36-44). La salida en tromba de los de Sastre pilló desprevenido a un Vic desbordado por la situación. Un 11-0 y un anticipo del recital de Tiedeman en forma de triple ponía por delante al Mallorca (47-44). No tardó nada en devolverles la moneda el equipo de Xavi García, que apoyado en los centímetros de Kiefer y en tres triples consecutivos (Jiménez, Palacios y Sabat), hacía valer su apuesta por correr y agotar por la vía rápida las posesiones. Un 0-16 (47-60) no hacía pensar en una reacción tan fulgurante como la firmada por los naranjas. Riera y Blair se echaron el equipo a las espaldas y el último parcial arrancaba con muchas cosas todavía por decidir (61-66).
Entonces apareció el Tiedeman más resolutivo (12 puntos en el último cuarto), Alzamora se creció y entre Riera y Blair pusieron el acierto en los tiros libres y desde cualquier rincón de la pista. El ejercicio de orgullo del Mallorca pudo también con un arbitraje demasiado estricto. Joan Riera apuntilló al Vic en un minuto final sin historia y la euforia se apoderaba del Palau.
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