Todavía es extraño verle sin una bicicleta, pero Joan Llaneras ha dejado el maillot para enfundarse en un traje y asumir el control del Palma Arena. Estará en un despacho a pocos metros del que hasta hace nada era su hábitat natural. Ahora, en las entrañas del recinto que le vio coronarse como heptacampeón del mundo diseña el proyecto que debe convertir el velódromo palmesano en un Centro de Alto Rendimiento, un objetivo que ha señalado en rojo.
La presentación del Campeonato de España de ciclismo en pista, que se celebrará en el Palma Arena entre el jueves y el sábado, se convirtió ayer en el primer acto oficial de Joan Llaneras al frente de la instalación. La élite nacional, a excepción de Toni Tauler, pujará en Ciutat por lograr los billetes para el Mundial que se disputará en Polonia el próximo mes marzo.
El conseller de Esports, Mateu Cañellas, acompañado por el presidente de la Federació de Ciclisme de les Illes Balears (FCIB), Arturo Sintes, y el director general de la Federación Española, José Griñán, coincidieron en resaltar la importancia de la cita y las prestaciones del Palma Arena, aunque hicieron especial hincapié en valorar positivamente el desembarco de Joan Llaneras.
El heptacampeón mundial admitió que su vida «ha dado un giro de 180º» tras colgar la bicicleta y aseguró que encara el reto de la dirección del Palma Arena «con respeto, mucha ilusión y ganas».
El porrerenc se ha marcado dos metas a corto plazo: «Mi primer objetivo es que el máximo de gente posible utilice la instalación y el segundo es la creación del Centro de Alto Rendimiento». Llaneras, que desconocía los problemas de homologación de la pista, prepara un proyecto para hacer del Palma Arena un referente nacional al estilo del que ha funcionado en Manchester, aunque en los próximos días se dedicará a ponerse al día y asentarse en su nueva faceta.
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