Soler toma el mando

El mallorquín, que llega al banquillo balearico «con ilusión y ganas de asumir el reto», esta convencido de lograr la permanencia y afirma que «éstas son las situaciones que te hacen crecer como persona».

Pese a la mala dinámica del equipo y su delicada situación en la tabla clasificatoria, Soler es optimista y asegura que «si tenemos la suerte de encadenar pronto un par de resultados buenos, esto cambiará», convencido de que «los jugadores ganaran en confianza y autoestima». Aunque por otra parte es realista a la situación en la que está el equipo. «Si al final nos salvamos, será mérito de los jugadores y si bajamos, no tengo ningún problema en asumir mi parte de culpa», matizó, aunque por encima de todo opina que «los jugadores están preparados» y subraya que «creo en este proyecto desde el inicio».

Entre sus objetivos más inmediatos -en relación al equipo- están los de intentar «que ganen en seguridad defensiva, que no le metan tantos goles, intentar mejorar la finalización de las jugadas y la autoestima personal de cada jugador y colectiva». Y es que «cuestinado acerca de las carencias de la plantilla, es de la opinión que le falta «autoconfianza y mejorar errores puntuales que cuestan goles y puntos».

Soler está convencido de llevar el proyecto a buen puerto por el bien de todos. «Tengo convicción de sacar esto adelante y que le vaya bien a la institución, a los jugadores y a mí. Es un gran reto», señaló.

El técnico, consciente de la dificultad que entraña la la empresa de lograr la salvación a final de temporada, cifró la permanencia en «42-43 puntos».
Sobre el debate abierto entre la afición del Mallorca tras su fichaje como entrenador del Atlètic Balears dado su pasado bermellón, reconoció estar «muy contento de lo que viví con el Mallorca pero la gente que me quiere y me aprecia está conmigo y feliz».