Tambores de guerra

La realidad es que no hay una unión total entre las peñas y existen diferencias de criterio y disconformidad con la labor que está llevando a cabo la dirección de la Federació de Penyas con Jaume Capllonch a la cabeza. De hecho hay dos facciones, unas a favor del trabajo del actual presidente y otra que, sin estar abiertamente en contra, sí exhibe malestar por la falta de iniciativas organizadas estos meses.

Jaume Capllonch manifestó ayer a este periódico que en un colectivo que aglutina a cientos de aficionados entre 53 peñas es muy difícil tener a todos contentos. «¿Qué hay gente disconforme?, hay quien sí puede estarlo y quien no, pero lo que sí tengo claro es que no he hecho nada malo y sí trabajado al máximo. Siempre hemos hecho todo lo que ha estado en nuestra mano, se han organizado viajes y nos hubiera gustado tener más iniciativas en Palma como repartir palos sonoros u otras actividades, pero todo esto vale dinero y en ocasiones no es fácil conseguirlo», comentaba Jaume Capllonch.

La división entre las dos facciones puede evidenciarse hoy con Alemany como testigo. Respecto al apoyo que el actual presidente de la Federació ha mostrado hacia la figura de Vicenç Grande, Capllonch tiene una opinión formada al respecto. «Cuando se marchó Mateu Alemany me arrinconaron medio año porque decían que era 'alemanysta', luego me acusaron de ser de Grande y yo digo que siempre he apoyado a los presidentes, siempre defenderé a los presidentes que haya en el club. Lo hice con Beltrán, con Reynés, con Alemany y con Grande y esta es la realidad, no hay otra», comentó el mandatario de la Federació de Penyes.