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Mateu Alemany abrió la puerta de la sala de prensa del ONO Estadi y los aplausos de los asistentes bendijeron de antemano el mensaje de implicación, compromiso y unidad que asumieron los representantes de las peñas. Y habrá unidad para apoyar a los hombres de Gregorio Manzano, pero no hoy para aprobar la gestión del presidente de la Federació de Penyes Mallorquinistes, Jaume Capllonch, que el próximo día 20 vivirá una asamblea general ordinaria que se presume muy caliente teniendo en cuenta la disconformidad que ayer se hizo patente entre las peñas.

El presidente mallorquinista celebró la «paz institucional y relativa paz mediática» conseguida desde su vuelta a la presidencia y que contribuye al buen hacer de los futbolistas, pero para completar el entorno propicio solicitó la contribución de las peñas para generar el ambiente idóneo. Alemany lanzó el guante a los peñistas y propuso que cada partido en Son Moix disfrutara de una iniciativa diferente. «Más allá del domingo, que hay previsto un mosaico», nos quedan siete finales y debe haber siete iniciativas», dijo. El máximo mandatario de la SAD balear hizo autocrítica por la asistencia en el encuentro ante del Deportivo y consideró como cifra mínima 17.000 personas. Y es que el dirigente bermellón, que incidió en la necesidad de centrar toda la atención en la parcela deportiva y resaltó la actitud del grupo de Manzano, pidió un sobreesfuerzo a los representantes de los peñistas.

Los socios dispondrán de entradas en todos los partidos que quedan en Palma a excepción de los enfrentamientos ante el Barça como lo han hecho en las últimas jornadas, pero la principal iniciativa que salió de la reunión convocada por Mateu Alemany fue la creación de un equipo de trabajo con seis representantes de las peñas y trabajadores de marketing del club y la Fundació para organizar la animación en cada jornada. La propuesta de Pere Terrassa resultó el mejor proyecto surgido de una reunión salpicada por los problemas internos de la Federació de Penyes Mallorquinistes.

Acudir al ONO Estadi con prendas rojas, realizar una caravana para impregnar Palma de mallorquinismo siguiendo el autocar del equipo, repartir banderas y, en definitiva, hacer ruido fueron gran parte de la lluvia de ideas que realizaron los representantes de la peñas, que coincidieron en apoyar de forma unánime al equipo y aparcar sus diferencias con Jaume Capllonch hasta la asamblea. Una asamblea cuya convocatoria se repartió antes del inicio de la reunión para sorpresa de algunos.

Los presentes coincidieron en su intención de separar su apoyo al proyecto de Alemany y el Mallorca con las quejas por la actitud de Jaume Capllonch. El presidente de la Federació de Penyes Mallorquinistes recibió los primeros abucheos cuando intentó impedir la presencia de los medios de comunicación en la sala de prensa del ONO Estadi. Jaume Capllonch fue recriminado por su pasividad a la hora de organizar actividades en las últimas jornadas, cuando más lo necesitaba el grupo de Manzano, y por la opacidad que ha primado en su mandato, según comentaron algunos de los presentes, que intentaron que Capllonch se comprometiera ante Alemany a presentar los estatutos de la Federació.

Los propios peñistas recriminaron que el principal responsable de la Federació de Penyes Mallorquinistes excusara la ausencia de iniciativas con la falta de recursos económicos. Capllonch se mostró a la defensiva ante las críticas de los presentes, que aplaudieron la posibilidad de que el ex presidente de las peñas, Miguel Garro, fuera el encargado de formar parte del consejo asesor como representante de los peñistas.