El tanto del argentino y una primera parte excepcional bastó al conjunto catalán para llevarse los tres puntos. Y es que pocos imaginaban un planteamiento del Getafe tan rancio. Todos atrás desde el minuto uno.
Eso es lo mejor que le podía pasar al Barcelona. Sin nadie presionando la salida del balón, y con un grupo de jugadores perfectos para hacer un rondo con cualquier rival, el conjunto azulgrana mareó a su rival desde el principio.
Mientras, el conjunto de Pep Guardiola vivía en un auténtico paraíso. Sólo Messi pudo superar al muro serbio, todo un descubrimiento para la entidad madrileña.
Así discurrió el primer acto, con el Barcelona en plan ciclón y con el Getafe desmoralizado por tanto toque-toque y tiqui-taca. Para la reanudación, el técnico maño ordenó adelantar las líneas y mandó a sus jugadores presionar por todo el campo.
La salida a la desesperada del Getafe equilibró la situación, pero el Barcelona seguía dando miedo. En cualquier momento podían acabar con el ímpetu de su rival. Mientras, cualquier cosa podía pasar. Una jugada aislada podría equilibrar la contienda y dar picante a la Liga.
Pero ésta no llegó. Por más que lo intentó, el Getafe no volvió a acercarse a la portería azulgrana. Por inercia, el partido fue muriendo poco a poco. Incluso, el Barcelona pudo sentenciar con un tiro al poste de Samuel Etoo, pero al final se conformó con aguantar un resultado que sirve para mantener su hegemonía una jornada más en la Liga.
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