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Javier García-Ochoa|MONTECARLO
La escudería Brawn GP volvió a protagonizar un nuevo doblete, el tercero en seis carreras, esta vez en el Gran Premio de Mónaco, con el británico Jenson Button y con el brasileño Rubens Barrichello, mientras que la carrera de Fernando Alonso (Renault), séptimo, la arruinó el alemán Sebastian Vettel (Red Bull). La superioridad de los Brawn GP, que permitió a Button conseguir su quinta victoria de la temporada, volvió a ser insultante y en ningún momento fueron inquietados por los Ferrari del finlandés Kimi Raikkonen, tercero, y del brasileño Felipe Massa, cuarto. Fernando Alonso podía haber terminado un puesto, seguro, o dos más arriba en la clasificación, pero el enorme tapón que formó Vettel en las primeras vueltas arruinó su carrera. De no haber sido por el tiempo que había perdido con Vettel, Raikkonen y Fisichella, quizás hubiera podido terminar quinto, pero al final fue séptimo y el único consuelo es el de haber logrado el mejor tiempo en el último sector de la pista, desde el puerto hasta la meta, y la cuarta vuelta rápida en carrera.

Los Brawn GP se mostraron una vez más inalcanzables, y tras ellos, por primera vez en la temporada, los Ferrari se mostraron competitivos, pero incapaces de luchar por la victoria.

La jornada volvió a ser muy desafortunada para McLaren-Mercedes, ya que el campeón del mundo, Lewis Hamilton, sufrió la humillación de ser doblado por el líder dos vueltas antes de cubrirse la mitad de la carrera. Y el finlandés Heikki Kovalainen terminó contra los guardarraíles de La Piscina, completando otro Gran Premio para olvidar para una de las escuderías punteras de la parrilla del Mundial de Fórmula Uno.

Después de la nueva exhibición apabullante de ayer, el único interés del Mundial de Fórmula Uno se centra en saber con cuántas carreras de antelación Jenson Button logrará el título mundial y si ganarán en las once carreras restantes. Mientras, Alonso sigue progresando pese a los problemas de Renault, y suma dos puntos que le consolidan entre los mejores de un Mundial que Brawn GP tiene en la mano gracias a una nueva exhibición sobre el legendario asfalto monegasco.