A partir de ahí la pirámide sigue tomando cuerpo. Descartada la presidencia de Joan Buades, los hermanos Martí han valorado dos posibilidades: la de los abogados José María Lafuente Balle y la de Tomeu Vidal. La nueva propiedad desea que ambos profesionales formen parte del órgano de decisión de la entidad y de ahí que previsiblemente Lafuente sea el presidente -cargo que ocupa Mateu Alemany- y Vidal asuma el cargo de secretario del consejo -en poder hasta ahora de Buades- y por lo tanto se convierta en uno de los hombres de peso en la junta de gobierno del Mallorca SAD.
Lafuente tiene un vínculo de amistad muy consolidado con Luis Martí, el hermano del propietario, y Vidal ha realizado una gran labor en la venta del club moviéndose con maestría y sigilo finiquitando con éxito una empresa muy difícil.
Por su capacidad y también porque se trata de un profesional de la máxima confiazza de la familia Mingarro, el deseo de la propiedad es situarlo en un lugar preferencial en el consejo que se está elaborando en estos momentos.
De los actuales miembros que forman el consejo de administración, todo hace indicar que Xavier Cabotà seguirá en el mismo. Amigo de Lafuente, el club y su entorno no tienen secretos para él y su colaboración puede ser muy útil para los nuevos accionistas mayoritarios. La posición final del vicepresidente José Miguel García es una incógnita, aunque todo depende de si está o no dispuesto a vender sus acciones y si la nueva propiedad desea o no comprárselas. También se desconoce qué hará Miquel Vaquer.
Paralelamente al consejo, también existe la necesidad de 'fichar' un nuevo director de finanzas, ya que este puesto ha quedado vacante, mientras que en la dirección deportiva Fernando Pons continúa en su puesto, al menos de momento. Todas estas situaciones se valoran en estos momentos y pueden sufrir variaciones dependiende de las necesidades.
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