El Mallorca vuelve a empezar. Aunque la temporada arrancó oficialmente el pasado 30 de agosto, el equipo de Manzano iniciará su Liga este fin de semana en Villarreal. Lo hará con tres puntos en la valija, pero también con la obligación de reinventarse. El conjunto de Manzano, que ha sufrido cambios notables desde que acribilló al Xerez en Son Moix, ha aprovechado el parón de los últimos quince días para extender la pretemporada y darle forma a un grupo cosido en tiempo récord y rematado sobre la bocina. El domingo, en Villarreal, empezará a conocerse la dimensión del primer proyecto de los Martí Mingarro.
El paisaje del vestuario ha evolucionado tanto desde el estreno que los recursos a los que puede agarrarse ahora el técnico se han multiplicado. Sobre todo, de cintura para arriba. Las llegadas de Julio Àlvarez, Paulo César Pezzolano y Borja Valero (todos ellos desembarcaron en el club el 31 de agosto) han disparado las posibilidades del entrenador, que lleva días meditando la mejor forma de rentabilizarlas. Según lo que decida, se producirán los primeros cambios de cromos en la alineación, aunque lo más probable es que altere también el dibujo del once para optimizar al máximo su rendimiento.
De momento, Manzano no desvela del todo sus planes. El de Bailén, que además de las nuevas incorporaciones recupera también a Josemi y Varela (se perdieron el primer episodio de la Liga por una sanción de la campaña anterior), pretende mantener la base del equipo que resolvió el trámite del debut, aunque le aplicará alguna reforma obligada. Con Mattioni aún tocado y Josemi reestablecido, lo más probable es que Ramis vuelva al eje de zaga y que ésta adopte de nuevo su postura más natural. Y en esa dirección, Rubén podría ser el más perjudicado.
Del centro del campo hacia adelante también se intuyen movimientos. Varela tomará el relevo de Castro por el costado derecho, Tuni continuará acampando en la orilla opuesta y la dupla Martí-Mario seguirá manejando los hilos. La gran atracción del once podría ser la reaparición de Borja Valero, que podría ocupar la plaza de Víctor para instalarse a la espalda de Aduriz. El equipo demostró ante el Xerez que carecía de conexiones entre las dos últimas líneas y la presencia del madrileño podría acabar con el problema. Y si no es así, Manzano aún se guarda las balas de Pezzolano o Julio Àlvarez. En otras palabras, el nuevo Mallorca está a punto de presentarse.
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