España llegó a Polonia siendo la gran favorita para conseguir la medalla de oro, pero por diversas circunstancias como golpes, lesiones, falta de preparación con todos sus jugadores y otras, se ve abocada a defender su suerte en un partido a vida o muerte contra la selección anfitriona.
Polonia lleva ya muchos años en un segundo escalón europeo. Es una selección formada por jugadores fuertes, altos y voluntariosos, pero con una calidad limitada. Gracias al apoyo desde las gradas están rindiendo incluso por encima de sus posibilidades, pero sus recursos apenas les dan para aguantar medio partido a rivales de entidad superior.
Su gran figura, Marcin Gortat, jugador de Orlando Magic, no está en su mejor momento, y tampoco es un pívot estrella en la competición norteamericana sino un jugador reserva que da minutos de descanso a sus compañeros titulares.
La selección española es, jugador por jugador, muy superior a su rival de hoy, pero hasta el partido contra Lituania no había encontrado su identidad y su juego habitual.
Con España en la línea habitual de juego, no debería haber demasiados problemas para ganar el partido y pasar a cuartos de final, pero el equipo nacional ha pasado por problemas que hacen crecer las dudas.
Los jugadores llegan a la cita con la moral crecida después de haberse demostrado a sí mismos ante Lituania que no se les había olvidado jugar al baloncesto y ese es el mejor activo para un partido en el que la presión y la manera de sobrellevarla en la pista será un aspecto fundamental.
Ahora, cuando la competición europea llega a su cenit, la selección parece recobrar su espíritu. Tiene que pasar esta última frontera para acceder a cuartos de final, pero pese a todo sigue dependiendo de sí misma y sigue teniendo a tiro su gran objetivo: la medalla de oro.
Sergio Scariolo, entrenador de la selección española, dejó la mañana libre a los jugadores, el día después de la victoria ante Lituania, y dirigió un entrenamiento vespertino para preparar la final
Por la tarde, nueva sesión preparatoria para encarar la final contra Polonia, en la que las caras sonrientes volvieron a ser la tónica habitual.
Cabe recordar que España depende de sí misma para estar en cuartos de final, pero para lograrlo deberá vencer a Polonia. A partir de ahí, el análisis es sencillo. Sólo se pueden hacer cábalas si España gana, porque está eliminada si pierde. La selección será segunda y por lo tanto se enfrentaría a Grecia, tercera del otro grupo, si Lituania gana a Serbia y Turquía vence a Eslovenia. España será tercera -su rival en octavos sería el campeón Rusia- si Lituania gana a Serbia y Eslovenia gana a Turquía. Finalmente, será cuarta -se enfrentará a la invicta Francia- si Serbia gana a Lituania, independientemente de lo que pase en el Turquía-Eslovenia
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