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Otra «bomba» del brasileño Juliano Antonello «Juca», que anotó su segundo gol en la Liga cuatro días después de haberse estrenado ante el Xerez y de la misma forma, con un lanzamiento directo de falta, dejó tocado al Villarreal (1-0), incapaz de corregir el rumbo.

El disparo de Juca, al que en su anterior equipo, el Partizán de Belgrado, le conocían como el «bombardero», fue suficiente para derrotar a los levantinos, que intentaron levantarse tras el descanso pero se encontraron con la oposición de Dani Aranzubia.

El equipo coruñés afrontó la cita con el Villarreal con la necesidad de reconciliarse con su afición después del 2-3 que había encajado con el Espanyol la pasada semana, mientras que a los castellonenses les urgía sumar puntos al haber conseguido sólo dos en las primera cuatro jornadas del campeonato.

El Villarreal, con las novedades de Marcos Senna y Joseba Llorente en la alineación, intentó reaccionar después del golpe que se llevó a los ocho minutos de juego y avisó con un centro de Cani desde la banda derecha al que no pudieron llegar ni el delantero vasco ni el italiano Giuseppe Rossi.

Los castellonenses volvieron a la carga al cuarto de hora con un disparo seco de Javi Venta, otra vez desde la derecha, que puso en apuros al portero del Deportivo, Dani Aranzubia, quien atajó el balón en dos tiempos. El Villarreal se vio vivo en la reanudación y emprendió el acoso al Deportivo, que se dejó dominar y estuvo en las manos de su portero, Dani Aranzubia, quien desplegó un carrusel de paradas para frenar a los levantinos.

La primera, tras un cabezazo de Joseba Llorente que el cancerbero salvó sobre la misma línea de gol ante las protestas del Villarreal, que pidió el tanto. Después, los castellonenses probaron fortuna con una serie de lanzamientos desde la frontal del área, con Santi Cazorla y Marcos Senna como protagonistas, pero Aranzubia despejó hasta cuatro veces el balón. El Villarreal se volcó en ataque y el Deportivo tuvo la oportunidad de sentenciar el encuentro a falta de cinco minutos, pero Riki falló el mano a mano con Diego López y condenó a los gallegos a sufrir hasta el pitido final.