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Cléber Santana admitió ayer a este diario que recientemente recibió un 'sms' del director deportivo del Mallorca en el que le invitaba a ponerse en contacto con el director financiero del club balear, Ernesto Chaves, para reclamarle las cantidades que el club balear todavía le adeuda en concepto de derechos de imagen, tal y como adelantó Ultima Hora. «Nando me envió un mensaje diciendo que me pusiera en contacto con un tal Ernesto para solucionar mi asunto. Yo le llamé y me dijo que volveríamos a hablar el viernes, pero todavía sigo esperando que me llamen», reconoció el centrocampista brasileño, ahora en las filas del Atlético, mientras comía con su familia en plena jornada de resaca del gran clásico madrileño del pasado sábado.

Cléber militó la temporada pasada en el Mallorca gracias a un acuerdo de cesión con el Atlético de Madrid que expiraba el pasado 30 de junio. Una vez superada esa fecha y en pleno proceso de venta de la SAD isleña, el jugador regresó a la disciplina atlética y aunque Alemany le propuso liquidar la ficha en diez plazos como al resto de la plantilla, no aceptó la propuesta y tanto él como David Navarro denunciaron a la entidad. La noticia estalló en plena pretemporada de la plantilla en Kössen y el club acabó abonándole la totalidad de la ficha a ambos futbolistas para evitar una posible pérdida de categoría. Sin embargo, todavía se les adeuda una cantidad correspondiente a los derechos de imagen, que suponen aproximadamente un 15% del salario de un jugador. Y para cobrarla, Nando le sugirió que se pusiera en contacto con la mano derecha de Martí Asensio en temas económicos: Ernesto Chaves.

Teniendo en cuenta la delicadísima situación del Mallorca y de su propiedad, la maniobra del director deportivo podría interpretarse como una nueva medida de presión a la familia Martí Mingarro, a la que está enfrentada prácticamente desde su desembarco en Son Moix. Desde que cogió las riendas del club, el consejero delegado ha confiado todo el trabajo de la parcela deportiva a sus amigos Gori Muñoz y Gonzalo Fernández de Córdoba, recortando de forma drástica las funciones de Nando Pons. Desde entonces, uno y otro mantienen una batalla en los despachos y se han evitado en todo momento.