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Real Zaragoza 2 - 2 Sabadell

Real Zaragoza: Leo Franco; Jose Fernández, Álvaro, Laguardia, Abraham (Rico, min.78); Javi Álamo (Luis García, min.70), Arzo, Tierno (Cidoncha, min.63), Montañés; Víctor Rodríguez y Roger.

Sabadell: Nauzet Pérez; Cristian, Kiko Olivas, Martí Crespí, Víctor (Clerc, min.70), Hidalgo (Gato, min.60), Ciércoles, Longás; Collantes, Sotan y Aníbal.

Goles: 1-0. Min.22, Cristian en propia puerta; 2-0. Min.25, Roger; 2-1. Min.63, Aníbal; 2-2. Min.75, Crespi.

Árbitro: López Acera. Amonestó con cartulina amarilla por el Sabadell a Kiko Olivas y por el Real Zaragoza a Tierno

Un bipolar Real Zaragoza pasó del todo a casi nada ante el Sabadell en un partido en el que el empate no satisfizo a ninguno de los dos contendientes, con una primera parte muy brillante de los aragoneses que se fueron apagando conforme caía la noche en la capital aragonesa y terminaron pidiendo la hora ante un rival que lo superó por completo en la segunda mitad.

Los zaragocistas se acercan un poco más a la permanencia pero desaprovecharon la que podría ser su última oportunidad para reengancharse a los puestos de promoción, y los arlequinados podrían terminar lamentando al final su flojo comienzo de partido.

Tras las diferentes pruebas de la semana, Víctor Muñoz sorprendió con la alineación situando al centrocampista del filial Álvaro Tierno junto a César Arzo y el resultado se pudo vislumbrar desde los primeros compases del encuentro ante un Sabadell que tardó varios minutos en asentarse sobre el terreno de juego.

Los zaragocistas ofrecieron una versión completamente antagónica de sus anteriores encuentros, ya que empezaron metidos en el encuentro desde que el balón comenzó a rodar y a los cinco minutos ya habían dispuesto de dos claras oportunidades para haberse adelantado en el marcador.

Con Víctor Rodríguez por detrás de Roger Martí en el ataque, la conexión y sensación de peligro que ofrecieron ambos jugadores durante los primeros cuarenta y cinco minutos no la habían dado con tanta consistencia en ningún encuentro anterior.

Víctor Rodríguez pudo adelantar a su equipo a los cuatro minutos en un balón que le dejó casi a placer Roger pero lo mandó fuera, y un minuto después invirtieron los papeles y fue el valenciano el que no supo concretar.

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La réplica de los vallesanos llegó poco después en un buen disparo de Collantes que desvió Abraham cuando el balón se encaminaba hacia la portería de Leo Franco.

El partido era un ida y vuelta en el que el control de juego era para los zaragocistas ante un rival que se mostraba excesivamente inseguro en la zona defensiva, una circunstancia de la que su rival se estaba aprovechando.

El primer gol maño llegó tras un robo del barcelonés Víctor Rodríguez que sirvió a Roger cuyo remate paró en primera instancia Nauzet pero el rebote lo introdujo en su propia portería Cristian y casi sin darles tiempo a los arlequinados a asimilar el gol, de nuevo el inquieto mediapunta local sirvió un pase al desmarque de Roger que, ahora sí, transformó en un gol propio.

Con el 2-0, el partido entró en una fase algo más calmada pero con los zaragocistas manejando bien el balón, como no lo habían hecho hasta la fecha durante toda la temporada, y dejando pocas opciones a un rival que estaba casi siempre a su merced, aunque el exzaragocista Antonio Hidalgo desde el borde del área a la media hora lanzó un disparo muy bien colocado que superó al meta argentino que vio como el palo acudió en su ayuda.

Poco después fue Aníbal el que obligó a Leo Franco a despejar a córner su disparo a la media vuelta, en la última acción de cierto peligro de la primera mitad.

A su paso por el vestuario, los zaragocistas dejaron aparcado casi todo lo bueno que habían hecho en la primera mitad y los dos pasos que dieron atrás los aprovecharon los sabadellenses para hacerse poco a poco con el control del juego y pasaron a dominar a un rival que conforme pasaban los minutos tenía cada vez más problemas para frenar la llegada de los visitantes.

No obstante incluso tuvieron una clara oportunidad para anotar el que hubiera sido el gol de la tranquilidad en una internada de Montañés que disparó con intención y desvió por dos veces Nauzet, primero al castellonense y en segunda instancia a Roger.

En el interior derecho, Collantes cada vez era más incisivo y su rival necesitaba hasta dos hombres encima de él para poder freno a sus internadas, hasta que en un balón largo se quedó solo y su pase cruzado lo empujó al fondo de las mallas Aníbal. El miedo se metió de lleno en el cuerpo de los aragoneses.

El desconcierto se adueñó de los hombres de Víctor Muñoz que no acertaban a poner coto a la avalancha de juego de un conjunto visitante que conforme se iba acercando a los minutos crecía en la misma medida que los locales se empequeñecían.

El peligro era cada vez más evidente y de nuevo desde la banda de Collantes, y con él por el medio, Cristian se desquitó del gol en propia puerta sacándose un medido centro a la cabeza de Crespi para igualar el marcador.

En un último arreón, los maños con un buen centro de Rico pudieron volver a ponerse por delante en el marcador pero Crespi le quitó en el área pequeña el balón de los pies a Roger.