Para los rusos también se presenta la final como una ocasión para el desquite después de haber perdido tres títulos ante España, a la que solamente ganó en Granada en 1999 tras la tanda de penaltis.
España se presenta en la final como un premio al equipo, al trabajo de un bloque que llegó al Europeo con el problema añadido de sufrir sensibles bajas por problemas físicos, principalmente la de tres fijos como Sergio Lozano, Aicardo y Fernandao, este último iniciada la concentración. Incluso el capitán, Carlos Ortiz, no pudo estrenarse hasta los cuartos.
Como reconoció el seleccionador español, hace 22 días podían surgir dudas sobre el equipo, pero los jugadores han sabido solventar las dificultades y mostrar su calidad en los momentos complicados del torneo.
El camino a la final
Superó a Hungría (5-2) y Ucrania (4-1) en la fase de grupos, y en cuarto se deshizo en un duelo ibérico de altos vuelos a la Portugal de Ricardinho, el mejor jugador del mundo (6-2), a todos con el bloque como referencia.
Gran triunfo
En semifinales, España ganó por 5-3, a la debutante Kazajistán, ante la que superó un tanto adverso inicial y la presión en los últimos minutos con la táctica del portero-jugador pese a que tenía sancionado al gran especialista, el meta Higuita.
Los hombres de José Venancio López mostraron personalidad para reaccionar con sus armas y, según el técnico, estuvieron «sensacionales» y creyeron siempre en la victoria.
Alex Yepes, máximo goleador de la selección española y segundo en la clasificación total del torneo, solo a un gol del portugués Ricardinho, lo tiene claro: «Queremos llevarnos la final». Su ambición es la de todo un equipo que está viviendo en mucho de los casos su primera experiencia en una gran competición pero que está demostrando su valía. «Somos una selección joven», señaló el jugador de ElPozo Murcia, quien destacó tras superar la semifinal que quieren «más», el título.
Rusia, por su parte, llega a su tercera final consecutiva tras acabar en semifinales con el sueño de la selección anfitriona, Serbia, a la que venció por 3-2 con un tanto en la prórroga de Romulo, cuando ya había sido expulsado una de las grandes figuras del equipo que dirige Sergei Skorovich, Eder Lima.
El camino de los rusos no ha sido tampoco nada cómodo, porque estuvo cerca de sucumbir ante Croacia y quedarse fuera de los cuartos, y luego pese al 6-2 Azerbaiyán le planteó numerosos problemas, aunque no tanto como Serbia. La baja de Eder Lima se presenta como un factor muy importante a tener en cuenta, aunque Rusia ha demostrado que dispone de mimbres numerosos para ser un rival más que peligroso aspirante al cetro continental que no ostenta desde el año 1999.
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