Sol y golf y, salvo el test de antígenos, normalidad. Esa fue la mejor noticia de todas. Ir a Pula, ver el movimiento de cada verano, los carritos que van y vienen, los jugadores preparándose y la actividad turística activándose. El envoltorio es el abanico de estrellas de fútbol, de micrófonos, de reporteros y periodistas. Pula en pleno funcionamiento y otro golpe de Romeo Sala. El empresario ha sido capaz de traer el Legends Trophy, un evento de golf donde participan exfutbolistas y cuya trascendencia es internacional. Global. Planetaria.
El expresidente del club, ahora mano derecha de Joan Laporta en el Barça, se dejó ver ante los medios de la Isla por primera vez con el presidente azulgrana. Tuvo que ser, cómo no, en Pula. «Le he visto delgado», dijo Pep Guardiola. ‘Jan' repartió sonrisas y entusiasmo. «Somos la delegación del Barça en este torneo», dijo frente a los periodistas antes de fundirse en un abrazo con Michel Platini, expresidente de la UEFA. Laporta estuvo también escoltado por el exjugador de balonmano, Enric Masip y por Juli Guiu, vicepresidente del club y empresario musical, encargado de impulsar el área de márketing. Por cierto, Alemany dijo que su teléfono está abierto si el Mallorca precisa algo de él. Mensaje para Pablo Ortells.
El técnico del City se mostró afable y cercano. Atendió a los periodistas bajo un sol de justicia y tuvo palabras de elogio para el Mallorca. Por cierto, dijo una gran verdad: «Ahora el fútbol lo mueven los representantes. Si queréis algún jugador del City hay que hablar con ellos. Ahora no es como en mis tiempos», recordó. Firmo debajo, ‘Herr Pep'. Por cierto, también le gustaría entrenar en Mallorca, con permiso de Jürgen Klopp. Entiéndase la broma.
Resulta gratificante volver a situar el micrófono a jugadores, presidentes y directivos, como se suele decir «de mi quinta». Miquel Àngel Nadal, sin ir más lejos. Él, junto a Guardiola, formó parte del Dream Team, también del Mallorca que enganchó a muchos en los años 90 para verle regresar en la década del 2000. Miquel Àngel llegó justo de tiempo. Hay cosas que no cambian y eso es lo mejor. «Me alegro mucho por el ascenso del Mallorca», dijo. Porque también es su Mallorca, el equipo que le vio crecer.
Lo mejor no se ve ni se escucha. No lo duden. Solo pensar la sobremesa o la cena de estos días entre Laporta, Nadal, Guardiola, Alemany, Platini, Panucci, Aduriz, Pichi Alonso, Ruud Gullit... se le hace a uno la boca agua. Rememorar esos años cuando el fútbol era eso, fútbol. Sin VAR, sin excusas.
Inmejorable. No es fácil en actos de este tipo mantener más o menos controlado al personal, pero Clàudia Moreta, responsable de prensa del Legends Trophy lo consiguió una vez más. Detuvo la adrenalina de los que como yo ven a un jugador de los 90 y la cabeza empieza girar sobre su eje como si fuera la niña del exorcista. Albert Riera, Luis García, Pepe Reina y Gerard López completaron una lista en la que estaban Ujfalusi, Jaroslav Plasil, Ruud Gullit y Marcos Alonso el ramillete de exjugadores que fueron en su día auténticos leyendas del fútbol español y europeo y que combinan con los recién llegados como Riqui Puig. Sin olvidar a artistas de la talla de Antonio Orozco, que también disfrutaron de un clima más que veraniego o Toni Nadal, cuya nueva etapa profesional le permite estar ahora en la Isla y no en la pista central de Roland Garros. El Golf de Pula es estos días la capital del fútbol antes de que la Eurocopa empiece a rodar. Son Servera y Mallorca se han llenado de estrellas.
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Estrellas, estrellados. Perdón por la ironía