Quintana no pudo culminar una escapada que inició a 20km de la meta y en la que aguantó al frente hasta el kilómetro 220 por delante del esloveno, que a 15km del final estaba a más de 3 minutos de distancia.
El 'Maglia Rosa' del Giro coronó Livigno, a 2.385 metros de altitud, con un tiempo de 6 horas y 11 minutos.
Otra exhibición más, la enésima, del ciclista nacido en Komenda (Eslovenia) en 1998. Esta, en concreto, con la particularidad de ser la primera que rubrica en la etapa más importante del Giro al ser su primera participación. Esperó, como siempre, el momento adecuado, y cuando puso el turbo no tuvo rival.
Ni siquiera un gran Quintana, ganador de este mismo evento en 2014, pudo aguantar el ritmo infernal de un ciclista ya histórico que, a sus 25 años, va con todo para rubricar el doblete Giro-Tour.
Por lo pronto, el Giro está en su mano tras una crono en la marcó territorio este sábado y la superlativa exhibición de este domingo alzando los brazos en solitario en la emblemática subida hacia Mottolino, de 4,7km al 7,6%, rampas máximas de un 19% y una meta se a 2.385 metros de altitud.
Fueron 6 horas de estrategia en las que poca importancia le dio a las varias escapadas iniciales y grupos perseguidores que se fueron formando. No cruzó por delante ni en el Passo del Mortirolo ni en el Passo di Foscagno porque no estaba en su plan. Controló, junto a su equipo, toda la carrera desde el pelotón, engalanado de rosa al completo sabedor de que sería el protagonista.
Y eso que fueron numerosos los intentos de fuga. Los primeros, a falta de casi 170km, formados pro grupo de 13 corredores con un grupo perseguidor de más de 40. Pogacar y el pelotón se llegaron a quedar a 5 minutos de diferencia en la primera bajada.
Despareció la fuga inicial de 12 para unificarse con el grupo perseguidor, pero otro intento de escapada, esta vez más reducido, formado por solo 6 ciclistas, puso algo de emoción antes del Mortirolo, en el que en realidad no ocurrió mucho. Fue un paso ameno, sin grandes cambios.
Superada la primera gran prueba, la fuga se hizo fuerte. Por un momento pensó que podría ser exitosa viendo que Pogacar no daba señales de vida.
Entre ellos estaba el alemán Georg Steinhauser (EF - Education), que a falta de 20km probó suerte. No le dejó saborear lo más mínimo la escapada un Nairo Quintana (Movistar) desatado que superó con facilidad al alemán y puso en alerta a todo el mundo. Tenía ritmo y tenía fuelle.
Pero claro, con Pogacar a la espalda, todo empieza a ser más duro. Los kilómetros son más largos y los 3 minutos de distancia que había a falta de 15 kilómetros se convirtieron en 3 segundos.
Fue una barbaridad más de un ciclista que se quiere citar con la historia. Pogacar superó a Quintana con una facilidad pasmosa y levantó los brazos en solitario una vez más tra suna subida multitudinaria en la que fue el centro de atención. Rodeado de gente que le animaba. El Giro está sentenciado tras otra exhibición del esloveno.
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