Laudrup, durante una sesión de entranamiento. | Monserrat

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Michael Laudrup empieza a sentirse cómodo en el banquillo del Mallorca. Tras dos semanas de trabajo como líder del vestuario bermellón, el danés sigue manteniendo la base del discurso con el que se presentó, pero poco a poco va siendo consciente de lo que tiene entre manos. El técnico sigue recordando que «es pronto» para catalogar al grupo y definir sus necesidades, pero confía en que los próximos días de pretemporada aclaren el panorama y pide paciencia, mucha paciencia.

«No es el momento de tomar según qué decisiones», comentaba ayer tras ser interrogado acerca de la confección del grupo. «Sabemos que estamos en una situación en la que el coste de los fichajes será importante. No he pedido ningún jugador por nombre, pero tengo la ventaja de trabajar con Serra Ferrer, que ha sido entrenador muchos años. Coincidimos en muchas cosas. y hablamos de características y de posiciones, después ya veremos las posibilidades que hay y qué nombres podemos poner sobre la mesa. A medida que avance el verano irán apareciendo nuevas opciones porque hay muchos clubes que están en la misma situación que nosotros o peor», insistía. En cualquier caso, el de Copenhague tiene muy claro que seguramente habrá que esperar hasta finales de agosto para abrochar definitivamente la plantilla. «Lo ideal sería tenerlo todo claro ahora, pero el mundo perfecto no existe. El plazo se cierra el 31 de agosto y sé que la última semana pasan siempre muchas cosas», argumentaba.

Mentalizado

Una de las cosas que también sabía Laudrup al comprometerse con el Mallorca era que se quedaría sin Aduriz. «Cuando llegué ya sabía que había muchas posibilidades de que se fuera por sus condiciones, así que tampoco me sorprende», explicaba ayer al respecto. «Es una pérdida importante para el equipo porque además de ser el delantero centro es un futbolista de mucha calidad. Pero hay que seguir trabajando con los que están y mirar las posibilidades que tenemos. Obviamente, su sustituto no tendrá la misma calidad que Aritz porque es difícil de encontrar por poco dinero, pero intentaremos dar con alguien con potencial. Es difícil fichar a un atacante que te garantice una docena de goles en la Liga española pero ahora hay que trabajar y dar confianza a los que ya están aquí», apuntaba.

En esa misma dirección, uno de los nombres que han salido a la luz es el del ex mallorquinista Dani Güiza, que no está dispuesto a continuar en el Fenerbahce. «Estamos hablando de un jugador de muchísima calidad, internacional, campeón de la Eurocopa... Aquí marcó casi treinta goles sin penaltis y eso es una barbaridad. No sé cómo está su situación, pero es un futbolista enorme», admitía el técnico.

Uno de los conflictos que sacuden estos días el trabajo de la nueva propiedad es la situación de Felipe Mattioni, algo que tampoco ha pasado desapercibido para Laudrup. «Más que el equipo me preocupa él», afirma el danés, que reconoce que todavía no ha tenido la oportunidad de hablar personalmente con el brasileño. «Tiene 21 años y puedo comprender los problemas que ha habido en el club, pero el jugador debe entender que hay gente nueva y tener un poco de confianza. Creo que a su edad lo más importante es jugar. No sé qué pasará, aunque para él esto no es bueno. Pase lo que pase, va a quedar marcado en su currículum y lo siento por el chaval. No obstante, si vuelve será uno más, por supuesto. En la vida no hay que ser rencoroso y todo el mundo debe tener las mismas oportunidades», matizaba.

Laudrup cree que el mini stage de estos días en Suecia le ha permitido engrasar al equipo, aunque advierte que necesita tiempo para valorar a sus futbolistas, especialmente a los más jóvenes del plantel.