Gonzalo Castro (d) del Real Mallorca lanza a puerta en pressencia de Michel (i) del Birmingham City. | Efe

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El Real Mallorca tratará esta semana de dar carpetazo a las renovaciones de Iván Ramis y José Carlos de Araujo Nunes ya que ambos terminan contrato el próximo 30 de junio. Además el club balear quiere evitarse sorpresas desagradables en la última semana de fichajes y de ahí que trate de retener a dos de sus futbolistas franquicia. Quien no termina contrato, pero también está siendo fuertemente tentado desde el exterior es Gonzalo Castro, el tercero de los jugadores sobre los que recae gran parte del peso del proyecto para la próxima temporada.

Serra Ferrer tiene una agenda muy cargada, no sólo por la necesidad de retener a estos tres jugadores, también porque hay que dar salida a Webó y Keita y de esta forma poder abordar el fichaje de un delantero goleador.
Pero más allá de las contrataciones de un punta, un medio centro y un lateral, el verdadero temor del consejo de administración del club es que un equipo con más posibilidades que el Mallorca confirme las ofertas por los futbolistas y deje sin margen de maniobra al club balear.

Nunes, de 33 años de edad, busca su último buen contrato y el Mallorca hará lo posible para dárselo, pero dentro de un margen ya que la situación de concurso voluntario de acreedores en el que está inmero le impide precisamente poder realizar grandes desembolsos. Iván Ramis es un caso similar porque también finaliza contrato y si no fructifica ninguna de las ofertas que maneja, a partir del próximo mes de enero puede negociar con cualquie club porque queda libre.

Por eso el Mallorca se ve forzado a realizar algún tipo de movimiento en un sentido o en otro, pero siempre con la necesidad de no superar el presupuesto fijado y las reglas impuestas por los administradores concursales. Pero el trabajo de Llorenç no termina sólo en intentar cerrar la puerta de sus mejores activos, también pasa por encontrar una salida a tres casos concretos, los de Pierre Webó, Keita y Kike Corrales.

El club tiene la necesidad de desprenderse de sus salarios para poder fichar y hasta que eso no suceda tiene las manos atadas para acudir a un mercado muy caro y donde si no se va con dinero será difícil pode competir con otros equipos. Esta es la realidad de un Mallorca que ha encontrado enormes dificultades, como era previsble, para poder deshacerse de futbolistas con contrato largo, por los que pagó mucho dinero y cuya ficha no es asumible para una gran cantidad de equipos.

La planificación anterior pudo servir para el presente, pero se ha demostrado que no estaba hecha para el futuro y un club como el Mallorca no sólo tiene que mirar el día a día también hay que ir más allá para asegurar la permanencia en la máxima categoría. Ahora Serra se ve en la necesidad de hacer el trabajo más complicado y llega a la última semana con mucho por hacer y con muy poco margen económico para poder trabajar.

Mañana empieza la semana en la que se abre la Liga. El domingo el Madrid visita Son Moix, pero el partido en las oficinas hace tiempo que se está jugando.