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Después de diez días sacudiéndose el óxido de las piernas, el Mallorca vuelve a empezar de cero. El equipo de Michael Laudrup se zambulló ayer en la parcela más determinante de la pretemporada para forjar la base sobre la que irá depositando los resultados del curso que viene. El cuadro bermellón, instalado ya en su nueva residencia estival de Oosterbeek, tiene por delante casi dos semanas de intenso trabajo en las que combinará tandas dobles de entrenamiento, sesiones en el gimnasios y amistosos antes rivales empotrados en las primeras plantas del fútbol holandés. Eso sí, lo harán alejados de las sofocantes temperaturas de la capital balear, en unas instalaciones especialmente propicias y en un entorno idílico.

La expedición rojilla vuelve a estrenar este año cuartel general. El club ha clavado otra vez la chincheta sobre el mapa de Holanda, aunque lejos de repetir experiencia en Ermelo se ha trasladado unos kilómetros al sur para convertir los alrededores de Arnhem en su nueva base de operaciones. El lugar escogido para la concentración es un enclave histórico por el que ha desfilado otro pelotón de clubes profesionales en los últimos años. El hotel Bildeberg, el mismo que dio nombre a esa selecta asociación que se reúne anualmente después de acoger entre sus muros la primera reunión en 1954, le abre ahora los brazos al conjunto bermellón para cargar las pilas e ir adoptando la forma de la que presumirá en los próximos meses.

La delegación balear no levantó el campamento hasta bien entrada la tarde. Tras dos horas de vuelo hasta Amsterdam y algo más de cien kilómetros por carretera, la plantilla y el cuerpo técnico tomaron posiciones antes de adentrarse por primera vez en los campos de entrenamiento cercanos al hotel de concentración. Y lo hacía con una novedad de última hora, ya que el guardameta Yeray se caía finalmente de la lista de convocados por unos problemas físicos. Su lugar lo ocupaba un recién llegado a la cantera de Son Bibiloni: Toni Fons. El guardameta 'manacorí', de 21 años, llegaba este verano al club procedente del Binissalem y disfrutará de un premio totalmente inesperado ejercitándose junto a Aouate y Calatayud a las órdenes de Miki Garro.

Después de una fina lluvia, bajo un cielo cubierto y a tan solo 17 grados de temperatura, el grupo se entrenaba durante casi un hora en los terrenos de juego que le servirán de casa a partir de ahora. Todo ello con una notable presencia del balón y en un ambiente distendido. El plantel quiere olvidar cuanto antes los problemas que se habían derivado de la eclosión del 'caso Webó' (el camerunés permanece en Palma a la espera de solucionar su futuro) y centrarse lo único que importan ahora: la puesta a punto. Sólo Víctor Casadesús, con molestias musculares, se quedaba al margen de la sesión inicial, aunque todo apunta a que hoy mismo iniciará el trabajo de recuperación.

A partir de esta mañana será el preparador físico, Pep Alomar, quien coja las riendas para endurecer la carga de trabajo, aunque tampoco quedará mucho espacio para las palizas porque el Mallorca abrirá mañana la tanda de amistosos que ha diseñado para tomarse el pulso. El primero en chequearle será el Zwolle y después vendrán el Heerenveen, el Nec Nijmegen y el Go Ahead Eagles, aunque el club espera cerrar en breve un quinto último encuentro. Y es que esto no ha hecho mas que empezar.