El delantero del Mallorca Emilio Nsue. | Efe

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El Mallorca celebra esta tarde la fiesta de la permanencia. Sólo unas horas antes de que el planeta fútbol se paralice por la salida a subasta del título en el Campo Nou, el equipo de Joaquín Caparrós pondrá a prueba su capacidad de intimidación ante un Zaragoza que vaciará el cargador en un escenario maldito. Una victoria rojinegra reduciría a la nada el margen de riesgo que todavía le persigue desde la distancia y acabaría de componer el jeroglífico de la salvación a falta todavía de cuatro jornadas (Iberostar Estadi, Canal + Liga 2 y PPV, 18.00 horas).

Aunque a la Liga le queda casi un mes de actividad, en Son Moix todo el mundo quiere bajar hoy mismo la persiana y disfrutar de los capítulos restantes sin tener que prestarle atención a los números que proyecta la clasificación. Y el camino más rápido para cruzar esa meta pasa por liquidar al Zaragoza y arrinconarlo, abandonarlo junto a Racing y Sporting en el sótano de la Liga, con las reservas justas de oxígeno.

Reacción

Los aragoneses, que a mediados de marzo decidieron rebelarse contra su futuro, han seguido desde entonces un itinerario ascendente tras liderar una reacción espectaular, pero necesitan seguir recogiendo triunfos para que no les acabe atrapando la marea. Para ellos no existen otras salidas. Ganar o morir. Es todo.

En la acera local todo se vive con mayor tranquilidad, aunque la plantilla y el cuerpo técnico confían en que el suspense, por tímido que parezca, se diluya antes de arrancarle otra página al calendario. La buena situación del grupo y su salvación matemática apenas han propiciado una sola muestra de alegría pública. Todo se encuentra aplazado hasta que los números se impongan y le den oficialidad a la continuidad del equipo en Primerad.

A ras de césped, Caparrós ha recortado la lista de problemas que padecía el Mallorca por culpa de las lesiones y podrá sumergirse en su enésima final después de haber recuperado a cuatro futbolistas que llevaban toda la semana entre algodones. José Manuel Chico, Pep Lluís Martí, Fernando Tissone y Pedro Bigas accedían finalmente a la convocatoria del técnico después de probarse en la sesión a puerta cerrada de ayer y es bastante probable que los tres primeros formen hoy en el once inicial, ya que en las posiciones que ocupan desempeñan un papel fundamental y parecen fijos en sus apuntes.

Lo más llamativo de la última convocatoria de Capa vuelve a ser la presencia del canterano Abdón Prats, que parece haber adelantado incluso al fichaje estrella del proyecto, Marvin Ogunjimi. El belga no superó la criba del entrenador utrerano y tendrá que presenciar su primera final por la permanencia desde las gradas. Otro duro golpe para el futbolista, que deberá esperar como mínimo otra campaña para darle la razón a la dirección deportiva con su millonario fichaje. Además, también abrocharán el curso marcados por el técnico otros tres futbolistas: Gianni Zuiverloon, Joao Victor y Sergio Tejera. Los lesionados Kevin y Álvaro Giménez completan una ristra de ausencias en la que no aparece José Carlos de Araujo Nunes. Básicamente, porque a pesar de su lesión el central portugués quiere estar junto a sus compañeros en la concentración que tendrá lugar a partir de este mediodía. El capitán, con una rotura muscular, se perderá el partido de esta tarde y lo que queda de temporada, pero pretende seguir tirando del grupo hasta que éste haya blindado su rango como equipo de Primera.

El Mallorca, que no gana en casa desde hace más de un mes (Atlético de Madrid, 2-1), sueña con concederle una alegría a su gente y pasar página. Hoy más que nunca, la permanencia está en Son Moix. Y ya no debería escaparse...