Reina, Raíllo, Bonilla y Damià han jugado todos los minutos en la Liga y son indiscutibles para Vicente Moreno. | Miguel Ángel Borrás

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El Mallorca sostiene el liderato gracias a un juego eficaz basado en la practicidad, el dominio de los partidos y la capacidad de resolver en el área rival. Pero también es el mejor del grupo y uno de los más acertados de todos los conjuntos de Segunda B gracias al equilibrio que mantiene entre ataque y defensa. La zaga es solvente y salvo algunas lagunas, lo cierto es que la defensa destila seguridad. Vicente Moreno ha logrado dotar al grupo de una personalidad propia en gran parte apoyada por unos futbolistas que saben en qué categoría juegan, qué se espera de ellos y cómo se debe entrar en los partidos. A partir de ahí, el entrenador tiene un armazón claro y que retoca solo lo justo, de ahí también el secreto de su éxito.

Entre los intocables de Moreno se encuentran cuatro hombres que cada uno en su zona lleva a cabo una labor fundamental para entender el buen funcionamiento del equipo. Manolo Reina en la portería; Antonio Raíllo en el eje de la zaga; Javier Bonilla en el costado izquierdo y Damià Sabater en la creación, acumulan todos los minutos de los 8 partidos de Liga jugados hasta la fecha. Respetados por la lesiones y sin haber estado todavía sancionados, este póker de ases es clave para entender el buen momento del Mallorca en la presente temporada. Reina se ha hecho con la propiedad del arco. En cada partido protagoniza una o dos intervenciones que salvan goles cantados, pero además ha dotado al área de un carácter que estos últimos años no ha tenido. Seguro, con carácter y oficio, el Mallorca se ha hecho con un guardameta solvente. Los partidos que protagoniza hablan por sí solos.


Un par de metros por delante de el guardameta se encuentra Antonio Raíllo, otro de los que también lleva un pleno de minutos este curso. Encadena ya 720 y lo más importante, ejerce de líder atrás, exhibe seguridad y toma la iniciativa cuando lo requiere la situación. En estos momentos Raíllo es un lujo en Segunda B. Javier Bonilla también supera los setecientos minutos, ha disputado los ocho encuentros y en el carril izquierdo es un baluarte que actúa sin fisuras. Bien en defensa y sobrio en ataque, pero consciente de hasta dónde puede llegar y cómo puede rectificar. Después de varios ‘gatillazos' en este carril, ahora sí que la zona zurda parece perfectamente bien cubierta.


El exjugador del Pontevedra está llamado a ser un fijo para Moreno siempre y cuando le respeten las lesiones durante este curso. La pasada temporada en el conjunto gallego disputó 36 partidos, una cifra que indica su enorme regularidad. Se cierra este círculo de plenos con Damià Sabater, el jugador mallorquín que la pasada temporada jugó media liga en el Lugo y que esta temporada ha permanecido en el Mallorca para tomar el control del centro del campo.

Básicos
Junto a Marc Pedraza, Sabater suma y sigue y se ha convertido en un imprescindible en la sala de máquinas. Madura su juego y sus transiciones son rápidas cuando deben serlo y más espaciadas cuando el juego así lo requiere.

Con Damià el Mallorca ha encontrado una pieza clave en el centro del campo y pese a su juventud, el crecimiento que ha experimentado ha sido más que evidente.

En este escenario, el equipo se completa con un buen número de jugadores que también son muy importantes en el esquema de Moreno y que por circunstancias no han podido jugar todos los minutos. Sastre, Xisco Campos, la inclusión ahora de Giner y sobre todo la eficacia de Prats son otros de los jugadores que también han colaborado de manera activa en el gran inicio de temporada que está llevando a cabo el Mallorca este año en Segunda B.