La Copa del Rey es seguramente la competición más seductora para el Mallorca, que ha alcanzado los mayores éxitos de su vida bajo el programa de la competición. Adaptado ahora a un nuevo formato, mucho más espectacular para el aficionado y mucho más accesible para los clubes modestos, el torneo le ha preparado al cuadro balear una gélida bienvenida que quedará encuadrada en la agenda entre el decepcionante empate frente al Getafe y el decisivo partido del sábado contra el Atlético de Madrid. Una piedra más en el camino que, en este caso, debería ser la más sencilla de sortear de todas las que ha encontrado hasta el momento. Sin embargo, la nueva Copa esconde numerosas trampas y el Mallorca, como el resto de equipos de Primera que suben al escenario, tiene poco que ganar y muchísimo que perder en esta primera ronda del cuadro.
Concentración en Madrid
Para los de Luis García Plaza será una semana distinta. El equipo viajará esta misma tarde a Segovia, donde dormirá hoy y mañana tras el partido, y ya no volverá a Palma hasta el sábado por la noche, tras el encuentro en el Wanda Metropolitano. El jueves, en lugar de regresar a la capital balear, la expedición se quedará en Madrid para seguir trabajando y preparar allí el pulso que le echarán después a los de Simeone.
Deportivamente, el Mallorca encontrará en Segovia una oportunidad para limpiar la mente, para ponerle un punto y aparte a su discreta racha de resultados y para recuperar algo de confianza. También para que la segunda unidad de la plantilla tenga minutos y un espacio desde el que reivindicarse. En ese sentido, será interesante comprobar si Luis García Plaza puede contar ya con Salva Sevilla, si Take Kubo está listo para volver a jugar un partido de inicio o para ver de nuevo en acción a Dominik Greif, siempre y cuando el portero eslovaco, de baja por COVID en las últimas semanas, pueda formar parte de una lista en la que, previsiblemente, sí que entrarán varios futbolistas del filial.
A diferencia de otros equipos de Primera y Segunda, el Mallorca romperá el hielo de la Copa en un campo de hierba natural y grandes dimensiones como La Albuera, el mismo recinto en el que se enfrentará hoy el Alavés al Unami. El rival de los bermellones, la Gimnástica Segoviana (Segunda RFEF), empató el pasado fin de semana en el campo del Arenteiro (1-1) y cercenó una racha de cinco derrotas consecutivas, pero lleva siete partidos sin ganar y está enclaustrado en la zona de descenso a Tercera. En cualquier caso, la Copa parece impermeabilizada frente a este tipo de dinámicas y le ofrece al conjunto castellano un estimulante balcón desde el que dejarse ver. Lo tuvo frente al Elche hace dos años y contra el Girona la temporada pasada. En esas dos confrontaciones se impuso la lógica, aunque el conjunto de Manu González espera que esta sea la buena. Pasar de ronda supondría un premio gordo para el club que justificaría el esfuerzo de sus jugadores por desnudar al Mallorca.
Los isleños llevan tiempo sin dar grandes pasos sobre el mapa de la Copa, pero de momento han resuelto con oficio sus duelos contra los equipos de los escalones inferiores a los que se ha enfrentado en sus primeras rondas. Hace dos temporadas y antes de que apareciera la pandemia (2019-20) se quitó de encima a El Álamo y al Zamora antes de caer contra el Zaragoza en dieciseisavos de final. Y hace un año superó al Guijuelo con un tanto de Abdón Prats antes de que el Fuenlabrada lo eliminara en segunda ronda después de una tanda de penaltis.
Por otra parte, LaLiga confirmó este lunes los horarios de las últimas jornadas de la primera vuelta y el nuevo Barcelona de Xavi Hernández estrenará el 2022 en Palma. El conjunto azulgrana, en plena recuperación, será el primer equipo que pase por Son Moix a comienzos del nuevo año y se enfrentará al Mallorca el domingo 2 de enero a las 21.00 horas. Antes, los baleares cerrarán el año 2021 visitando al Granada el domingo 19 de diciembre a las 14.00 horas.
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