Imagen del propietario del Real Mallorca y los Phoenix Suns, Robert Sarver, durante un partido de la NBA. | Reuters

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La temporada en la NBA se dispone a bajar el telón una vez que Boston Celtics y Golden State Warriors definan al campeón, pero al margen del parquet aún hay asuntos por resolver en los despachos. A la espera de que se revele la investigación por las acusaciones de misoginia y racismo que pesan sobre el propietario del Mallorca y los Phoenix Suns, Robert Sarver, un nuevo terremoto ha sacudido a la franquicia de Arizona, que ha visto como una de sus principales directivas se ha sumado a las denuncias.

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Melissa Fender Panagiotakopoulos, directiva de los Phoenix Suns y con más de 15 años en la franquicia, presentó su dimisión a finales de mayo y se ha hecho pública una carta que se le negó el teletrabajo mientras a un trabajador hombre de un escalafón profesional inferior sí se le permitió realizar sus funciones desde casa. «Noté este tipo de injusticias en los Suns, y viví personalmente este tipo de desigualdad de género. Cuando intenté compartir mis preocupaciones con Recursos Humanos, fueron desestimadas y en una ocasión hasta me dijeron que me tomara ‘una ducha fría'», relata en su carta. La ya extrabajadora califica como «tóxico» el ambiente de trabajo en la estructura de la que es dueño el presidente del Real Mallorca.

Los Phoenix Suns de Robert Sarver se han defendido de las acusaciones. «Nos enteramos de las denuncias de una exempleada y estamos investigando, de acuerdo con nuestra política de respeto en el ambiente de trabajo. Los Suns están comprometidos para crear un ambiente laboral sano, respetuoso y abierto, sin discriminación ni abusos, y no toleramos que haya 'venganzas' por estas acusaciones de posible comportamiento incorrecto», aseguraron los Suns en una nota enviada a ESPN, que ha sido el medio de comunicación cuyas informaciones dieron pie a la investigación de la NBA que deberá resolverse en breve.