El entrenador del Real Mallorca, Javier Aguirre (c), da instrucciones a sus jugadores contra el Almería, durante el partido de LaLiga Santander disputado este sábado en el estadio Visit Mallorca Estadi de Palma de Mallorca. | Catalina Cladera

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El Mallorca de Javier Aguirre ha sacado adelante con buena nota la primera evaluación de la temporada. Con el entrenador mexicano sentado sobre el puente de mando, el conjunto balear ha comenzado a llenar la despensa mientras le va dando lustre a los números de las campañas anteriores. Obligado a echar el freno de mano y a parar el motor por culpa del primer parón del calendario, cierra la primera mitad de la clasificación con ocho puntos en el bolsillo y a mucha distancia del ruido de los proyectiles. La formación isleña cuenta exactamente con las mismas unidades que sumaba con Luis García Plaza a estas alturas del curso anterior. Una comparación con dos matices: la versión de estos días ha marcado dos goles más y ha encajado dos menos.

Lejos del fútbol champagne y de los fuegos artificiales, el Mallorca 2022-23 va quemando etapas y dando pequeños pasos hacia esa estabilidad que lleva años persiguiendo. Siguiendo los pasos de la receta con la que cocinó hace unos meses la permanencia, los de Son Moix han repartido muy bien sus números en sus enfrentamientos ante oponentes de todo tipo. Se ha cruzado con el vigente campeón y máximo aspirante, con escuadras de rango continental y con rivales directos. Y tras contabilizar la victoria contra el Almería del sábado acumula tantos triunfos como empates y derrotas. Solo el balance de goles es negativo, aunque el descuadre obedece al paso por el Santiago Bernabéu, donde el Mallorca encajó la derrota más abultada hasta la fecha (4-1). De hecho, ese es el único encuentro en el que ha encajado goles en juego. Los otros tres que han perforado la portería de Rajkovic, todos en Son Moix y obra del Betis y del Girona, se fraguaron desde el punto de penalti.

Referencia

Hace doce meses, el Mallorca de Luis García Plaza vivió un amanecer parecido que lo mantuvo mucho tiempo apartado del fuego cuando las cosas empezaron a torcerse. En aquella ocasión, sin embargo, concentró la mayor parte de la cosecha en las tres primeras jornadas, con un empate en casa contra el Betis (1-1) y dos victorias a costa de Alavés (0-1) y Espanyol (1-0). En cambio, en las tres fechas siguientes solo rascó otro punto en Palma ante el Villarreal (0-0) y sufrió además una de las derrotas más sonrojantes de su vida, al ser arrollado en el campo del Madrid en apenas unos minutos.

De los tres últimos pasos por Primera el Mallorca más flojo e inseguro de salida fue el de Vicente Moreno. Después de muchas temporadas sin pisar la pasarela de la máxima categoría y con una plantilla escasa, empezó ganando en casa al Eibar (2-1), pero después se pasó tres jornadas completas sin marcar —perdió contra Real Sociedad (0-1) y Valencia (2-0) e igualó contra el Athletic (0-0)— y fue incapaz de remontar el vuelo en los duelos posteriores. Le pasó por encima el Getafe en el Coliseum (4-2) y le pintó la cara el Atlético en Son Moix sin demasiado esfuerzo (0-2).

El Mallorca más seguro reposará ahora hasta el 1 de octubre y en cuanto vuelva se tomará temperatura contra el Barça y el Elche. Dos pruebas de altura.