Los jugadores del Mallorca celebrando un gol.

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Un partido para cerrar el curso y ponerse a otra cosa. Ese es el gran objetivo que persigue hoy el Real Mallorca ante el Cádiz (Son Moix, 21:00 horas, Movistar LaLiga). El equipo balear lleva tres semanas tratando de sumar y superar la cota de 42 ó 43 puntos que te permitan dar el resoplido final y asistir con toda la calma del mundo a una recta final que se presenta dramática en el vagón de cola. Algún año tiene que tocar asistir como invitado de piedra a la conclusión del campeonato y este parece ser que es el elegido. Sin embargo, queda el remache final, el último escalón y ese es precisamente el que quiere dar hoy el Mallorca y empezar a pensar en el futuro además de abrazar más puntos para intentar quedar situado en la posición más alta posible. Que se cierre la temporada no significa que los de Aguirre bajen los brazos, pero existe un componente de paz interior cuando la salvación está ya finiquitada.

Y si no que se lo pregunten al Cádiz, rival hoy de los mallorquinistas y que llega con todos los problemas del mundo y amenazado todavía con caer a Segunda División. Porque la lucha ahí abajo es fraticida y por ejemplo el equipo amarillo está solo un punto por encima de descenso. Perder hoy y dependiendo de lo que puedan hacer equipos como el Getafe, Valencia o Valladolid, bien podría caer en el peligroso vagón de cola. El problema ahora es que la capacidad de reacción se acorta porque las jornadas son ya muy pocas y todos los puntos que se suman o se dejan de sumar tienen una importancia capital. El Mallorca podría estar ya salvado hace semanas, de hecho, tal y como está la situación ahí abajo, virtualmente es difícil que pueda caer, pero la seguridad total no está garantizada, no al menos hasta que una nueva victoria permita aumentar el cochón y hacerlo imposible de alcanzar.
Desde el punto de vista deportivo el entrenador Javier Aguirre recupera a Pablo Maffeo, ausente la pasada jornada por sanción. Eso le va a permitir recuperar a un hombre de una importancia capital por el carril diestro y dotar precisamente a ambos costados de los referentes de este curso como son tanto él como Jaume Costa.

A partir de ahí la baja más significativa es la de Antonio Raíllo que además de estar lesionado también está sancionado. En el anterior encuentro la tripleta atrás en el eje de la zaga la formaron Hadzikadunic, Copete y Valjent y todo indica que en principio esto no cambiará. A partir de ahí el técnico posibemente mantenga la dupla formada por Morlanes y Galarreta en la sala de máquinas. No es una mala pareja de baile ni mucho menos, aunque siempre tiene el as en la manga de Baba, tanto de arraque como para dotar de más solidez en el segundo tiempo si es necesario.

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Lo que es innegociable en estos momentos es la presencia de Kang In Lee. El coreano se ha destapado como un futbolista imprescindible en el esquema rojillo tanto por su aportación en jugada como a balón parado. Quiere la pelota, busca armar el juego y finaliza si es necesario. El equipo se identifica mucho a través de su aportación al juego y es un verdadero quebradero de cabeza para los rivales.

A partir de ahí no hay que olvidar la posibilidad de que Dani Rodríguez sea de nuevo titular en detrimento de Amath, que siempre funciona muy bien como revulsivo. Si innegociable es la presencia del coreano, no lo es menos la participación del kosovar Muriqi, que sigue en vena goleadora y cuya asociación con Kang es asombrosa.

Será una lástima que esta se pueda romper con vistas a la próxima temporada, pero por ahora la afición los disfruta y el entrenador puede contar con ellos. Además de Raíllo, causan baja también Agustinsson, Nastasic yf Gio. Son Moix tiene que ser una caldera porque está en juego la calma total.