Javier Aguirre, entrenador del Real Mallorca, este domingo, en Almería.

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Javier Aguirre vuelve a estar entre dos aguas. El entrenador del Real Mallorca valora y celebra la progresión de su equipo, que encadena cuatro jornadas sin perder, mientras lamenta la falta de acierto dentro del área del rival de turno. «La primera parte nuestra fue muy buena y en la segunda ellos, que jugaban en casa, tuvieron que igualarnos. Lo vimos tan cerca que nos vamos un poquito enfadadillos», resumía el mexicano.

«Venimos jugando bien al fútbol, pero esto es de meterla y no estuvimos afortunados», explicaba Aguirre tras recoger un punto del Power Horse Stadium de Almería. «Soy el máximo responsable del empate. Antes del descanso fuimos mejores y en la segunda se equilibró. Fue un partido correcto. Es la tercera puerta a cero y, quieras o no, eso al final te da puntos. Algo rescatable hay. Nos condena otra vez el área, ahora la ofensiva», reflexionaba.

«Cuando estás en la situación del Almería los nervios te traicionan. Nosotros hace poco salimos asustados en casa. Intentamos superarlos y aunque en la segunda parte no fue fácil tuvimos muy buenas ocasiones. Te vas lastimado, pero le dije a mis jugadores que la cabeza arriba. Hacemos pocos goles y nos está fallando eso. Estaría más preocupado si hubiéramos llegado solo una vez. Hay que seguir trabajando porque algún día explotaremos. A Javi (Llabrés) le he visto meter goles mucho más complicados que el que ha fallado, pero hoy se escapó. Hoy no hay que reprocharle nada a nadie», comentaba Aguirre acerca de la oportunidad más clara del Mallorca.

Aguirre espera que el equipo acabe sacando algo positivo del último partido que falta para abrochar el año 2023, que le enfrentará el jueves a Osasuna. «Un regalito del Navidad no nos vendría nada mal», concluía el técnico bermellón.