Imagen de Toni Amor, ayudante de Javier Aguirre en el Mallorca. | Pere Bota

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Toni Amor Fernández (Palma, 1976) ha vivido dos años y medio a velocidad de vértigo como segundo de Javier Aguirre en el Mallorca. Ha sido el hombre del laboratorio, quien ha organizado gran parte del trabajo y llevado a cabo ese trabajo no siempre agradable que le toca hacer a un segundo entrenador. En esta charla con Ultima Hora analiza una temporada marcada por la final de Copa una salvación que se concretó en la penúltima jornada.

¿Cuál es su balance de estos dos años y medio en el Mallorca?
Muy positivo. Llegamos en una situación muy complicada, con nueve partidos por delante y con el reto de salvar la categoría. Después llegaron estas dos temporadas más y me voy muy satisfecho.

¿Ha sido la etapa más reconfortante de su carrera?
Ha sido la más bonita y la más dura. He vivido situaciones que jamás podía imaginar. Recuerdo cuando iba al Sitjar que era pequeño y vi el ascenso a Primera con el Espanyol, muchos partidos de Segunda, las semifinales de Copa contra el Sporting y yo soñaba con estar ahí. Como jugador no me dio y luego he podido estar en el banquillo. Ahora ha sido una mochila de responsabilidad muy grande porque al ser aficionado y socio y además trabajar en el club, celebras mucho las alegrías y las derrotas son terribles. Me voy con la conciencia tranquila y la convicción de haberlo dado todo y feliz de que el Mallorca siga en Primera.

¿Se le ha quedado algo dentro, algo por hacer?
Hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano. Seguro que hay cosas que podríamos haber hecho mejor, pero lo que hicimos en su momento pensamos que era lo ideal. Me siento satisfecho de las decisiones que hemos tomado.

¿Qué pensaba cuando escuchaba que ver al Mallorca era aburrido?
Nuestro objetivo era llegar a confeccionar un equipo competitivo. Cuando llegamos aquí le costaba competir porque encajaba muchos goles y metía muy pocos. Teníamos que intentar cerrar la puerta y hacer un gol o dos y sumar puntos para salvarnos. Ha habido partidos buenos y otros no tan buenos. En muchos estuvimos bien, pero es cierto que nos faltó la falta de acierto final. Si la llegamos a tener la visión sería diferente. Es cierto que no ha hecho un fútbol muy alegre, pero ha competido y se ha mantenido el equilibrio. No estoy de acuerdo con que el equipo ha jugado siempre mal, hay un punto de equilibrio en lo que ha sido la temporada. Hemos sido un equipo difícil de ganar, que compite siempre y que domina muchas fases del juego. La idea era sacar el máximo a la plantilla que teníamos. La Copa y la falta de acierto nos ha condicionado mucho este año.

Futbolísticamente, ¿qué ha faltado este año?
Un poco más de desborde, de velocidad en algunos momentos. El resto de posiciones están bien cubiertas y el próximo técnico se encontrará una plantilla muy competitiva. Si el Mallorca se refuerza con futbolista de velocidad por las bandas puede dar un paso adelante.

¿Habéis echado en falta un proyecto a dos o tres años vista?
Nosotros estábamos a lo que decía Javier, que iba año a año. Al final si el Mallorca decide que lo mejor para su futuro es tener a un entrenador con dos o tres años de contrato, seguro que lo hacen por algo.

¿Sus mejores momentos en el Mallorca?
Lo mejor fue esa permanencia en Pamplona, la semifinal en San Sebastián y el último partido de Liga en Getafe y la celebración de los goles con la plantilla.

¿Le ha sorprendido algún futbolista?
Todos han estado en un buen nivel. Me sorprendió mucho Antonio Raíllo, tiene una relevancia enorme en el juego y una presencia importantísima en el vestuario. Dani Rodríguez también, siempre intenta superarse, se cuida al máximo y Galarreta. Venía de lesiones complicadas y rindió de una forma brutal. Era muy importante para nosotros y se ha visto lo importante que ha sido para el Athletic.

¿Tuvo mucha importancia las bajas de Kang In Lee y Galarreta?
Sin duda. Kang nos daba desborde, llegada, uno por uno e Íñigo era un jugador top, te robaba muchos balones y además en el juego no los perdía. Dominaba mucho el pase corto y largo y los cambios de orientación. Teníamos ese factor sorpresa. Este año los hemos echado en falta, pero el club ha hecho muy buenos fichajes como el de Sergi, Samú y Manu Morlanes, han aportado mucho y en el futuro hay ahí muy buenas piezas para seguir creciendo.

¿Qué planes tiene precisamente de cara al futuro?
Intento no pensar ni a medio ni a largo plazo porque el fútbol es hoy. Si vas algo más allá, te equivocas. Quiero hablar con Javier (Aguirre) a ver qué ideas tiene y si él quiere yo seguiré en su equipo.

Tarde o temprano seguro que dará el paso a primer entrenador. Valorando este próximo paso, ¿cómo califica el aprendizaje de estos últimos años?
Han sido muchas experiencias, tanto en Rayados, Leganés, incluso antes en Asia, pero estar junto a Javier, ver cómo lleva un vestuario y cómo consigue que un grupo que a nuestra llegada no era una familia al cien por cien, consigue al final unir a todos. Eso es muy difícil y tienen mucho que ver también los futbolistas, su actitud ha sido espectacular. Pero no es fácil intentar convencer a toda una plantilla hacia unos valores como el sacrificio y la solidaridad y estos años esto se ha visto. Javier ha inculcado seguridad, humildad y capacidad de lucha. Este equipo es capaz de ganar a cualquiera. Me he empapado mucho de eso y me servirá mucho en el futuro.

¿Cómo ha experimentado el crecimiento del club estos años?
Nos ha tocado vivir esta época de cambio. Desde que llegamos nosotros hasta ahora el mallorquinismo ha crecido mucho. Hay muchísimos niños en el estadio con camiseta, mucha más afición, muchos más socios. Algo hemos hecho bien cuando conseguimos que vaya tanta gente al estadio. De lo contrario la gente no iría a Son Moix y esto hay que valorarlo. Hemos intentado que el equipo sea competitivo más allá de algún partido malo.

¿La Copa les influyó demasiado en el final de Liga?
La Copa nos desgastó mucho, nunca se sabe, pero yo creo que de no llegar a la final hubiéramos atado la salvación antes. Pero al final firmas llegar a la final de Copa y sumar 40 puntos. Entiendo que haya gente que no le gusté cómo ha jugado el equipo y es muy respetable.

¿Había miedo real a perder la categoría?
Hubo momentos de tensión, pero nunca de miedo. Ves que el equipo después de la Copa queda muy desgastado a nivel emocional, hace un esfuerzo grande y no estamos acostumbrados porque somos el Mallorca. Les sucedió a todos los equipos que estuvieron en semifinales porque los jugadores son humanos y es muy difícil mantener el mismo nivel de intensidad. Llegamos un poco justos, pero confiaba en el equipo. Hubo partidos contra el Sevilla, que nos costó mucho en el segundo tiempo y esto venía derivado del esfuerzo en la final de Copa. Ante Las Palmas también le costó en la segunda parte, igual en Cádiz. Al final acabamos con cuatro partidos sin perder y compitiendo.

¿Fue un quebradero de cabeza la falta de acierto?
Era nuestra responsabilidad y lo intentamos todo. Las victorias y los goles te dan confianza y cuando estos no llegan, entonces sufres. Durante el año estuvimos siempre con un cierto margen sobre el descenso y esto nos ayudó.

¿Se ve de nuevo en el Mallorca?
Nunca se sabe. El club me ha dejado las puertas abiertas y veremos qué pasa en el futuro. Agradezco el trato de todos conmigo, desde el presidente, pasando por Pablo Ortells, por su equipo y con toda la gente he mantenido un trato muy bueno. Solo tengo palabras de agradecimiento y si el Mallorca me necesita siempre me encontrará.

¿Aguirre pensaba que podría quedarse?
Lo que esperaba era poder sentarse con el club y tal vez le ofrecerían la renovación, luego se aceptaría o no. Al final lo que le han pedido ha sido salvar al equipo y siempre ha cumplido. El club nos ha transmitido que estaban contentos con nuestro trabajo, pero que querían aplicar un cambio y esto es fútbol y así hay que entenderlo. Los ciclos se acaban y el club está en su derecho de afrontarlo y nosotros solo deseamos que les vaya lo mejor posible. A partir de ahora seré un socio más y un aficionado más. Javier también porque se va con mucho cariño de la gente. Si al llegar nos dicen que saldríamos así, seguramente lo firmamos.

¿Les sorprendió la felicitación de todo el equipo en Getafe?
Fue una sorpresa y muy emocionante, tanto el de Muriqi como el de Pablo. Luego al final nos despedimos de ellos a nivel individual. Aquí en Son Moix en el parking uno por uno nos despedimos, todas las despedidas fueron especiales. Se me acumularon los sentimientos, la familia, todo lo vivido desde que llegamos aquí y recibir el cariño de todos fue emocionante.

¿Ya tiene la maleta preparada?
La hacemos de una hora para otra. Así es la vida y estoy preparado para todo. Es la profesión que he elegido y a ver qué pasa en el futuro y hacia dónde me lleva el fútbol.